La nueva herramienta anticrisis que ha puesto sobre la mesa la Comisión Europea se presenta como una nueva alternativa al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate que se utilizó para los rescates a Grecia, Chipre y a la banca española en los años de la crisis de deuda europea. El nuevo fondo de rescate se presenta con varias condiciones para convencer a los escépticos, como la necesidad de unanimidad a la hora de desembolsarlo, pero, a diferencia del MEDE, las exigencias de compromisos fiscales o reformas estructurales quedarían fuera de la mesa. La idea es tener a disposición de la Unión un fondo, similar al que se usó durante la pandemia, para responder con agilidad a graves crisis. Eso sí, será un préstamo, y nunca una ayuda sin contraprestaciones.