Redactor de elEconomista.es. Este es un buen sitio para encontrar informaciones de bolsa y mercados financieros. También escribo en Ecotrader y podrás escucharme en el podcast Estrategia de Mercado.

El consumo muestra signos de debilidad tanto en el Viejo Continente como en Estados Unidos y la última compañía en padecer la contracción del gasto privado ha sido la icónica fabricante de botas Dr. Martens. Sus acciones se desplomaron este jueves más de un 22% en el parqué londinense, mercado en el que se popularizó la compañía, después de los resultados que publicaron hasta septiembre -englobaría su primer semestre del 2023 si se atiende a su ejercicio fiscal-.

Hace ya un par de semanas que en los mercados se está comenzando a palpar un punto de inflexión. El catalizador fue el último dato de inflación en Estados Unidos en octubre, que al ser inferior al esperado, abría la puerta a una desaceleración del ritmo de subidas de tipos, primero al otro lado del Atlántico y luego a este.

Los futuros del petróleo se aproximan a los valores propios de primeros de 2022, dejando atrás los 120 dólares por barril que se llegaron a ver en junio en el caso del Brent. Y con la caída del precio del crudo los márgenes de refino también se han estrechado. Las firmas de inversión se centran ahora en las compañías enfocadas a la exploración y extracción de petróleo en lugar de las refineras, que dejarán este 2022 beneficios récord que no se repetirán el año próximo (a menos que el déficit de combustible vuelva a escena).

El año 2022 no está siendo benévolo con el inversor, con independencia de que su perfil sea más agresivo o se decante más por la renta fija. Sin embargo, el 2023 se presenta con buenas perspectivas macroeconómicas, según Deutsche Bank, que favorecerá el clima en los mercados.

El Ibex 35 extiende su impulso visto desde los mínimos del 2022 el pasado 12 de octubre, cuando se apoyó sobre los 7.200 puntos. Desde entonces, el índice de referencia en España sube un 14,6% y vuelve a niveles no vistos desde finales de agosto. Esto invita a imaginar al selectivo de nuevo en positivo en su cómputo anual ya que restaría una remontada adicional del 4,7% para borrar las pérdidas del año y situarse sobre los 8.713 puntos con los que cerró 2021.

Iba a ser el año de la consolidación económica, pero la guerra entre Rusia y Ucrania lo truncó todo. El sector turístico en general y las aerolíneas en particular esperaban que este 2022 fuese el ejercicio en el que se recuperasen los niveles previos al estallido del Covid, tanto de ocupación como a nivel bursátil. Nada de esto ha sido posible. Y, sin embargo, en un año protagonizado por las pérdidas que sufren prácticamente todas las industrias, las aerolíneas de todo el mundo aún presentan un potencial medio del 30%.

La recuperación de márgenes vuelve a verse frenada. El incremento de los costes ha hecho mella en los márgenes de las cotizadas españolas, a pesar de que los resultados del tercer trimestre han sorprendido al alza lo estimado por los analistas. Desde principio de año, las previsiones de márgenes brutos se han deteriorado tanto para 2022 como para 2023, de forma que se espera que el próximo ejercicio se produzca un retroceso frente al avance esperado en febrero.

La mayor parte de las cotizadas del mundo ya actualizaron sus balances hasta el mes de septiembre y la semana que viene, concretamente el martes, se dará por concluida la temporada de resultados empresariales a ambos lados del Atlántico.

Puede que los bancos centrales de Occidente estén preocupados por la inflación en este momento pero el incremento de los precios en Europa o en Estados Unidos se quedan cortos al lado de los indicadores de Turquía este 2022. Por el momento, nadie ve techo a la hiperinflación del país del Bósforo, cuyo IPC en octubre escaló hasta el 85,5%, según los datos oficiales, lo que implica alcanzar cotas no registradas desde 1998.

El dato de inflación de octubre en Estados Unidos ha sorprendido al mercado por evidenciar que las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal de EEUU han logrado el efecto esperado. Además, invita a pensar que la Fed no tiene la necesidad de seguir aumentando el precio oficial del dinero con la misma intensidad que hasta ahora para contener el incremento de los precios. El IPC general cayó hasta el 7,7% desde el 8,2% del mes anterior y se sitúa a su vez por debajo de las previsiones del mercado, que estaban en el 8%.