Pocas veces un cambio de mes como el que ha tenido lugar esta semana ha coincidido con un cambio de signo tan brusco en el mercado bursátil. Las alzas que han registrado las principales bolsas de Europa en las últimas sesiones les han permitido cerrar los huecos bajistas abiertos el lunes de la semana pasada y alejar los temores a un latigazo bajista en el mercado.
Los resultados trimestrales que Apple presentó hace un par de semanas no han tardado en ser calificados de históricos por propios y extraños. La empresa californiana registró entre los meses de octubre y diciembre del año pasado unas ventas de 91.819 millones de dólares, un 9% más que el mismo periodo del año anterior, logrando cifras de ingresos nunca antes vistas en mercados como el estadounidense el de Reino Unido, o incluso el de España.
Después de varias sesiones de ganancias en los principales selectivos de renta variable en Europa y EEUU, los alcistas están demostrando que mantienen intactas sus ganas de seguir mandando en el mercado. Así lo desmuestra el comportamiento de índices como el Ibex 35, que logró superar sus primeas resistencias de corto plazo, el EuroStoxx 50, que se quedó a las puertas de las mismas o el S&P 500, que volvió a aproximarse de nuevo a su zona de altos del año e históricos.
La mayor confianza de los inversores en que el impacto económico del coronavirus sea más limitado de lo que en un principio llegó a pensarse, ha favorecido en las últimas sesiones la prolongación de las alzas en las bolsas europeas y, por ende, la continuidad de un rebote que dura ya 2 sesiones.
De manera paralela al acuciante descenso que ha protagonizado el precio del crudo desde el estallido de la crisis del coronavirus, la recomendación de Repsol ha ido mejorando en las últimas semanas hasta colocarse entre las más atractivas del mercado español. De hecho, según recogen desde FactSet, nunca antes en la última década había registrado un porcentaje tan alto de analistas aconsejando comprar sus acciones: un 82%.
A pesar de que las cifras de afectados por el coronavirus siguen aumentando (más de 20.000 casos en varios países del mundo) y de que el número de fallecidos ha superado ya las 425 personas, el descenso desde máximos que acumula el precio de la onza de oro en las últimas sesiones -un 1% en apenas 2 sesiones- es el mejor indicador de que empieza a amainar la crisis desatada en los mercados por la propagación del virus y por el impacto que pueda llegar a tener en la economía de una de las principales potencias económicas del planeta, China.
Una vorágine de resultados empresariales en Estados Unidos ha inundado al mercado durante las últimas semanas. Sobre todo al otro lado del Atlántico, donde más de dos centenares de compañías con pasaportes yankee ya han dado a conocer sus cuentas correspondientes al último trimestre del año y, por ende, al conjunto del ejercicio.
Con toda la lógica del mundo, la crisis del coronavirus se ha hecho oficial hoy en el mercado de renta variable chino a pesar de que ya han pasado un par de semanas desde que estalló la alerta social. A pesar de que la toma de posiciones cortas en el mercado chino han permanecido limitadas, las principales bolsas del país han comenzado a cotizar hoy, tras los festivos que han protagonizado con la celebración del año nuevo, con descensos de casi el 8% -al cierre-.