Desde su creación en la década de los 50, los plásticos han inundado cada aspecto de la vida de los seres que habitan el planeta. De las casi 9.100 millones de toneladas de plástico que se han producido en este tiempo, se calcula que menos de una décima parte se ha reciclado, mientras que alrededor del 12% se ha incinerado y el resto ha terminado en vertederos y océanos, donde se va degradando hasta convertirse en microplásticos. Ante este problema y su papel en el cambio climático, surge la necesidad de reducir la extracción de petróleo y, con ella, la promesa del reciclaje enzimático.
