Periodista
víctor arribas

Las situaciones que la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña está generando puede ser vista desde fuera como un fenómeno insólito. En aplicación de la Constitución, con el escrupuloso acuerdo de la mayoría absoluta del Senado de España, con la claridad y el respaldo de fuerzas políticas que suman diecisiete millones de votos de un total de veinticuatro emitidos, la democracia de nuestro país decidió hace un mes intervenir en el desaguisado ilegal de Cataluña y convocar de inmediato un proceso electoral limpio. Los actores principales decidieron no esperar seis meses para convocar a las urnas, largo período en el que los catalanes habrían vivido con un gobierno regional intervenido por el Estado. Pero la inmediatez está generando que la inercia de los estrambóticos acontecimientos protagonizados por el independentismo no se frene, sino que siga en una carrera sin frenos que veremos si los votos son capaces de detener.

El poder catalán no quiso escuchar lo que decía la mayoría silenciosa

Son verdades supuestas posteriores a la verdad real, y por eso se les llama posverdades. Ya las hemos analizado en esta misma tribuna, contextualizándolas como lo que muchos consideran que realmente son: inexactitudes, verdades a medias, mentiras, falsedades. Y estos días se repiten constantemente, como consecuencia del final de un sueño imposible y de la cercanía de unas elecciones que volverán a barajar las cartas para jugar una nueva mano.

Víctor Arribas

La nueva estrategia del independentismo a cuatro semanas de la cita con las urnas es insinuar que el Estado no aceptará los resultados. La teoría supone convencer a millones de personas de que el mismo poder ejecutivo que ha convocado las elecciones para que vuelva el respeto a la pluralidad y a las minoría, no acatará lo que decidan los ciudadanos a través del voto. Una sobresaliente idea que cada día escuchamos repetida en entrevistas, artículos y declaraciones.

víctor arribas

La constatación de que algún ente abstracto muy bien organizado está tratando de influir en la crisis catalana nos ha abierto los ojos ante un nuevo fenómeno del que hasta ahora no éramos conscientes en España, pese a que ya se ha manifestado en otros países occidentales. Las elecciones de Estados Unidos, el referéndum del Brexit, las elecciones presidenciales francesas o algún proceso de consulta a los holandeses han estado manipulados por una fuerza invisible que se mueve en la Red y que ahora ha sido aprovechada por el independentismo catalán para ganar adeptos a su causa.

víctor arribas

El precario entendimiento entre los partidos no independentistas en Cataluña no parece presumir grandes acuerdos tras las elecciones. La posibilidad real de un resultado inverso al de las últimas elecciones de 2015, con los separatistas sin mayoría absoluta, abriría una expectativa que tiene dos grandes dificultades que harán imposible un gobierno constitucionalista en esa comunidad autónoma. Primero, la posición de la coalición de los partidos de Ada Colau y Pablo Iglesias, a años luz del resto de fuerzas no nacionalistas. Sería imposible un pacto de En Comú- Podem, PSC, Ciudadanos y PP. Y segundo, porque las propias diferencias entre estas tres últimas formaciones hacen muy difícil cualquier acuerdo.

víctor arribas

La peripecia política que se vive en el Ayuntamiento de Barcelona puede tener muchas de las claves de lo que ocurra no sólo en Cataluña sino también en España en el futuro. Y no en un futuro muy lejano. En el caso catalán, en apenas una semanas; en el resto del país en cuanto se abran las urnas en la próxima cita electoral que podría incluso ser adelantada.

víctor arribas

El escándalo de estos días relacionado con la nueva publicación de documentos privados vuelve a demostrar, como ya ocurriera con la anterior oleada de papeles, que los ricos son ricos y que buscan la forma en que pueden pagar menos impuestos. Como cualquier hijo de vecino. Como hace usted cuando, reunido con su asesor fiscal, repasa las posibilidades de deducción por conceptos como la compra de una vivienda o la imposición de una cantidad anual en el plan de pensiones. A otro nivel, los millonarios buscan que sus extraordinarios capitales se adapten a las exigencias de cada lugar del mundo en el que más les interesa acomodarse.

varapalo al desafío

Las falsedades que diariamente difunde el prófugo de Bruselas empiezan a causar hastío incluso en su abandonada Cataluña. La alusión permanente a la represión judicial y las torturas de un país en el que no hay democracia ni Estado de derecho, en el que los jueces y fiscales obedecen sumisamente al gobierno de un partido de corte franquista, puede tener fuerza dicho ante un juez en los juzgados, pero si uno se marcha a un país extranjero para burlar la acción de la justicia todas esas lindezas de presunto represaliado quedan al descubierto como las construcciones medievales al bajar el nivel de los pantanos.

opinión | víctor arribas

La peripecia grotesca y claramente esperpéntica del ex presidente catalán en la capital de Bélgica está terminando por aclarar las cosas a los miles de catalanes que han sido engañados por este proceso. Su aparición el pasado martes hablando en tres idiomas y cercenando la palabra a los medios de comunicación españoles, su escondite en un hotel de tres estrellas junto a sus colaboradores necesarios, su afirmación de que no vendrían a España mientras no hubiera garantías de un juicio justo arruinada horas después por el viaje apresurado, citación judicial en mano, de alguno de los investigados... todas esas viñetas construidas a modo de humor malsano y patético, causan un perjuicio todavía mayor al Govern que Puigdemont dirigió.

Víctor Arribas

Durante años hemos estado escuchando análisis y opiniones sobre la torpeza del gobierno y de su máximo responsable a la hora de resolver la crisis institucional de Cataluña. Rajoy es la mayor fábrica de independentistas, se decía. Se supone que la conclusión era fruto de sus acciones intimidatorias hacia quienes defienden el derecho de autodeterminación de los catalanes, aunque esa máxima coincidiera sospechosamente con las críticas en sentido opuesto sobre su insoportable inacción inmovilista.