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El asombroso caso de las elecciones en Cataluña

  • La inmediatez hace que la inercia del estrambótico independentismo no frene
Foto: Archivo

Las situaciones que la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña está generando puede ser vista desde fuera como un fenómeno insólito. En aplicación de la Constitución, con el escrupuloso acuerdo de la mayoría absoluta del Senado de España, con la claridad y el respaldo de fuerzas políticas que suman diecisiete millones de votos de un total de veinticuatro emitidos, la democracia de nuestro país decidió hace un mes intervenir en el desaguisado ilegal de Cataluña y convocar de inmediato un proceso electoral limpio. Los actores principales decidieron no esperar seis meses para convocar a las urnas, largo período en el que los catalanes habrían vivido con un gobierno regional intervenido por el Estado. Pero la inmediatez está generando que la inercia de los estrambóticos acontecimientos protagonizados por el independentismo no se frene, sino que siga en una carrera sin frenos que veremos si los votos son capaces de detener.

La bilateralidad como excusa. ERC y Junts Per Catalunya asombran al mundo en esta campaña al negociar entre ellos abandonar la 'vía unilateral' para la independencia y adentrarse en la 'vía bilateral'. El objetivo es el mismo, pero entienden que en lo sucesivo deben alcanzarlo en armonía con el Estado al que pretenden romper. Se supone que el gobierno y el Parlamento caminarán gustosos hacia la independencia de Cataluña, dado que se promoverá desde la bilateralidad.

ERC teme un pucherazo electoral. Frescas aún las imágenes de las urnas llegando a los colegios electorales el día 1 de octubre llenas de papeletas, el partido favorito para la victoria el 21-D advierte que la limpieza del proceso es muy cuestionable. Y anuncia un recuento paralelo con el fin de garantizar que no les roben votos. En un sistema en el que se hacen hasta cinco y seis recuentos de votos en cada mesa y en cada urna, los voluntarios de ERC y sus interventores van a tener la oportunidad de comprobar lo equivocado de su denuncia.

La Constitución podría ser inconstitucional. El recurso de Podemos se presenta el próximo lunes, al calor del inicio de la campaña electoral, para intentar demostrar que un artículo de la Carta Magna española incumple la propia Constitución que lo alberga. La presión de los independentistas ha forzado a un Iglesias temeroso a tomar esta peligrosa iniciativa, que según todos los análisis beneficiará al partido de Colau en Cataluña pero será devastador para Podemos en el resto del país. Ambas cosas están por demostrar, aunque en los tiempos que corren no es prudente ser demasiado tajantes en lo segundo.

Fake news como elemento desestabilizador. Nos dicen que suponen la tercera pata de la nueva guerra a nivel mundial: las otras dos son los ciberataques y la guerra convencional con armas y militares. Es el único aspecto de los aquí analizados en el que Cataluña no difiere mucho de lo ocurrido en otros países del mundo recientemente. Las presidenciales de Estados Unidos, el referéndum del Brexit y la elección de Macron en Francia han estado marcadas por un sospechoso magma de falsedades difundidas siempre desde orígenes geográficos muy concretos y con intenciones evidentes de desestabilización y división.

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