Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

Mario Draghi, el que fuera presidente del Banco Central Europeo (2011-2019) y presidente del Consejo de Ministros de la República de Italia (2021-2022), ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2025. El jurado ha leído el fallo este miércoles en el Salón Regenta del Hotel Barceló Cervantes de Oviedo. El hombre que pilotó tanto la política monetaria de la eurozona en sus años más complicados así como la siempre compleja política italiana en otra fase particularmente sensible recibe este reconocimiento.

Ya está aquí el momento tan deseado por alumnos y profesores: las vacaciones de verano. Tras un curso de esfuerzo, llega el parón deseado por todos: sol, playa, piscina, más horas al aire libre... Sin embargo, aunque son momentos indudablemente alegres, las vacaciones escolares también tienen un efecto para la economía del país, y no es precisamente positivo si este período se alarga tanto como suele ser la norma en países como España, donde el descanso se acerca a los tres meses.

Algunos aún lloran el 'adiós' inversor de una de las mayores, si no la mayor, leyenda de los mercados. Solo han pasado unas pocas semanas y ya se siente el vacío de Warren Buffett tras decidir el estadounidense, con 94 años, colgar la chaqueta y dejar el mundo de la inversión. Su conglomerado, Berkshire Hathaway, seguirá invirtiendo, pero faltará el toque mágico de su gran hacedor. Desde que el conocido como Oráculo de Omaha (la localidad de Nebraska donde nació) anunció su marcha, los titulares se han llenado con sus grandes éxitos: desde la prolongada apuesta por Coca-Cola hasta su reciente montaña de liquidez en tiempos de zozobra pasando por las fiables aseguradoras y saber subirse a tiempo al carro ganador de Apple. De lo que no se ha hablado tanto es de uno de sus grandes 'errores'. Un error que ha estado tapado muchos años (no se había materializado) y que ha salido a la luz en los últimos meses ante el espectacular boom de este activo que no para de subir... y las previsiones apuntan a más alzas en el corto y medio plazo.

La industria del fracking estaba tirada en la lona. Los productores de crudo de EEUU se enfrentaban a una situación como mínimo peliaguda. La caída del precio del petróleo orquestada por los países de Oriente Medio a través de la OPEP había sido intensa y se estaba prolongando más de lo que le gustaría a los productores americanos, que ya estaban empezando a ahogarse en el petróleo barato. Algunos de ellos inclusose habían manifestado en contra de su 'ídolo' Donald Trump por permitir y fomentar esta situación de un mercado inundado de petróleo que había llevado al barril de West Texas a la zona de 50 dólares. Sin embargo, en cuestión de horas, el mismo villano ha vuelto a convertirse en 'ídolo' y la región que estaba hundiendo el petróleo lo está reanimando ahora. La guerra entre Israel (apoyado por EEUU) e Irán se ha convertido en un inesperado salvavidas para el fracking de EEUU y el petróleo americano, que podrían volver a respirar si la situación se prolonga. Algunos incluso llegarán a pensar que este conflicto en una suerte de estrategia de Trump para que el petróleo de EEUU gane terreno y relevancia, mientras que el crudo de Oriente Medio sufre los golpes de la guerra y el riesgo de un posible cierre del Estrecho de Ormuz.

El cultivo del pistacho está viviendo un auténtico boom en España. La superficie plantada ha pasado de apenas 2.600 hectáreas en 2012 a más de 80.000 hectáreas (ha) en la actualidad, y sigue creciendo de forma imparable. La demanda de este fruto seco está disparada, mientras que la oferta se mueve a un ritmo algo más lento. Los pistachos no se producen de un día para otro, ni siquiera de un año para otro (como otros muchos cultivos). Con todo, los expertos creen que la oferta no casará con la demanda real (la satisfecha y no satisfecha) hasta 2040 por lo menos. Mientras tanto, todo hace indicar que el pistacho seguirá siendo un cultivo muy rentable, destinado a seguir inundando los campos de una España, que este mismo año se convertirá en el cuarto productor mundial con una cosecha que rondará las 10.000 toneladas.

Por primera vez desde la crisis financiera, España no es el país que peor aprovecha su capital humano de toda la Unión Europea. Aunque seguimos siendo, eso sí, campeones en tasa de paro, ya no lideramos la 'holgura laboral', una métrica que suma a los desempleados en sentido 'estricto', la cifra de personas sin trabajo que no se clasifican como parados, y los ocupados subempleados. Suman 4,8 millones de personas entre 15 y 74 años, el 18,7% de lo que Eurostat denomina la "fuerza laboral ampliada". Es el menor dato desde 2009, si bien lo más sorprendente es que quien nos ha 'arrebatado' la última posición por una décima, con 18,8% es el considerado "país más feliz del mundo", Finlandia. Y otro 'paraíso nórdico', Suecia, nos pisa los talones.

El caos parecía volver a extenderse por Oriente Medio. Un toma y daca de ataques entre Israel e Irán parece estar desescalando con la noticia de que Irán buscará de forma urgente el fin de las hostilidades, sentándose a la mesa de negociación. Esta situación ha llevado a que el barril de petróleo suba con fuerza y que crezca la incertidumbre en todo el mundo. Ahora, aunque el crudo caiga con el paso adelante desde Teherán, desde Bruselas se mira con ansia lo que pase en el país persa. El futro de la UE depende de que esta distensión cristalice.

Las implicaciones energéticas del intercambio de golpes entre Israel e Irán están agitando a los mercados. De momento, no ha habido ataques de gran envergadura sobre la infraestructura energética. Pero eso no quita que hayan estado a punto de producirse o que se vayan a producir más pronto que tarde. Dentro de lo vital que es Oriente Medio para el suministro energético mundial, en Irán hay un punto especialmente crítico del que no se habla tanto como del Estrecho de Ormuz. Han abundado los análisis que advierten de que un cierre del Estrecho de Ormuz decretado por Teherán como represalia al asedio de Israel bloquearía el tráfico comercial de más del 20% del petróleo mundial y una parte significativa del gas natural. Pero no se ha incidido tanto en la diminuta pero trascendental isla de Kharg, por la que pasan más del 90% de las exportaciones de petróleo de Irán.

La economía de Alemania se ha convertido para sorpresa de analistas e instituciones económicas en el gran enfermo de Europa. Un enfermo que a primera vista no parece tener cura para el corto plazo. Cuando vienen mal dadas, todo lo que antes funcionaba parece convertirse en el problema y esto es lo que está sucediendo en Alemania. Durante décadas, los alemanes han trabajado de media muchas menos horas que el resto de europeos, sobre si se compara con los del sur del Viejo Continente. Su elevada productividad y el gran valor añadido de los bienes y servicios que producen les han permitido hacer mucho con poco (de eso se trata la productividad). Ahora que la economía no arranca, el Gobierno alemán cree que es esa falta de trabajo (de horas de trabajo) y la preferencia por el ocio lo que está lastrando la economía. Desde el canciller alemán hasta el banco de inversión Deutsche Bank, pasando por el estamento empresarial, han señalado a esta tendencia como culpable.

El ataque de Israel a Irán ha disparado el precio del petróleo. El crudo cotiza en los 74 dólares por barril frente a los 66-67 dólares en los que se movía antes de dicho conflicto. Sin embargo, en la jornada de este lunes, el precio del Brent sube solo ligeramente y reina una extraña calma en el mercado. Es cierto que Irán tiene la capacidad para generar un auténtico terremoto en el mercado de petróleo, pero también es cierto que antes del ataque, este mercado estaba muy bien abastecido y las expectativas eran claramente bajistas porque Arabia Saudí y sus aliados llevaban meses incrementando su producción y anunciando futuros aumentos del bombeo de crudo que habían cogido por sorpresa al mercado. Este plan de Riad y otros países de la OPEP tenía, en principio, como objetivo castigar a los países rebeldes del cártel (los que se había saltado las cuotas) y recuperar cuota de mercado. Sin embargo, ahora empiezan a generarse ciertas teorías (con bastante sentido) que aseguran que Riad conocía al detalle los planes de Israel y EEUU con Irán, lo que habría llevado al reino saudí a ejecutar este plan para inundar el mercado de crudo y evitar una 'mega-crisis' del petróleo.