Economía

Alemania y Francia se disputan el título de 'hombre enfermo' de Europa: cara y cruz en los PMI de octubre

  • Los indicadores preliminares de actividad mejoran algo en Alemania
  • Las métricas francesas, sin embargo, empeoran notablemente
  • Alemania telegrafía estancamiento y Francia incertidumbre fiscal
Foto: Alamy

La economía de la eurozona continúa mostrando a las claras una anemia de la que tienen mucha culpa sus dos mayores catalizadores: Alemania y Francia. Ambas potencias "siguen siendo los eslabones débiles de la eurozona", en palabras de Paolo Grignani, analista de Oxford Economics. Este palpable deterioro macro hace que ambas economías se disputen casi el ignominioso título de 'hombre enfermo de Europa', una expresión cuyo origen se le atribuye al zar Nicolás I de Rusia en referencia al Imperio otomano en el siglo XIX y que a principios de los 2000 cobró bastante fama cuando The Economist la utilizó para una entonces también tambaleante economía germana. Los indicadores adelantados de actividad del sector privado en octubre reavivan esa 'pugna', ya que, aunque los titulares más negativos han venido siendo para la 'locomotora' teutona, las cifras han sido peores en este caso en el país galo.

Poniendo el foco en las dos grandes economías de la zona euro, lo cierto es que la lectura preliminar de octubre de los índices de gestores de compra (PMI) de S&P Global, elaborados a través de encuestas a las empresas y que publica el Hamburg Commercial Bank (HCOB), han dejado mejores sensaciones en Alemania y peores en Francia. En el caso de Alemania, el PMI compuesto sube nueve décimas hasta los 48,4 puntos frente a los 47,6 esperados. Aunque el indicador sigue en zona de contracción (menos de 50), la nota es positiva dentro del semblante pesimista que emana la economía europea y, sobre todo, la germana. El PMI manufacturero ha pasado de los 40,6 a los 42,6 puntos (máximo de tres meses) y el de servicios de 50,6 a 51,4 (máximo de tres meses también).

En el particular de Francia, el PMI compuesto ha caído de 48,6 puntos a 47,3 (mínimo de nueve meses) cuando se esperaba un repunte hasta los 49 puntos. El PMI manufacturero cae una décima hasta los 44,5 puntos, mientras que el indicador de servicios se hunde más de un punto hasta los 48,3 (mínimo de siete meses).

"El comienzo del cuarto trimestre es mejor de lo esperado. Con los servicios creciendo a un ritmo más rápido y la industria manufacturera contrayéndose no tan rápidamente como en el mes anterior, el crecimiento en el cuarto trimestre es una posibilidad distintiva", reconoce Cyrus de la Rubia, economista jefe de HCOB en el informe sobre Alemania.

Más contundente se muestra el informe sobre Francia. "A pesar de las elecciones anticipadas de hace cuatro meses, la incertidumbre sigue planeando sobre las perspectivas económicas. El Primer Ministro Michel Barnier se enfrenta a una frágil situación política, y el presupuesto para 2025 sigue sin resolverse, lo que socava aún más la confianza de las empresas. Sigue faltando una estrategia clara para abordar los actuales problemas de déficit y deuda", escribe Tariq Kamal Chaudhry, economista de HCOB.

Entre los aspectos positivos de Alemania, en HCOB inciden en los servicios: "Es alentador que la actividad de servicios se haya expandido a un ritmo más rápido que en septiembre, después de que el crecimiento se hubiera desacelerado durante cuatro meses consecutivos. Y aunque las empresas de servicios han recortado el empleo más que en septiembre, las expectativas empresariales han mejorado significativamente. Esto encaja con la percepción de que los consumidores alemanes comenzaron a gastar más durante el verano gracias a los salarios más altos y la inflación más baja, como lo indican las cifras oficiales de ventas minoristas. Esta tendencia parece haber continuado. El sector de los servicios ha recuperado su papel de estabilizador de toda la economía".

Incluso se busca apreciar destellos en el infortunio que vive un sector industrial, cuyos peores telegramas los manda un sector automotriz históricamente puntero: "Las cifras de la encuesta ofrecen señales tentativas de que podemos comenzar a ver la luz al final del túnel en la industria manufacturera. Es cierto que la producción sigue disminuyendo rápidamente y también lo hace el empleo. Sin embargo, la velocidad de deterioro se ha desacelerado un poco en comparación con septiembre. Lo más importante es que los pedidos nuevos, que cayeron como una piedra en los últimos meses, han perdido un poco de su dinámica descendente. Lo más probable es que la industria manufacturera continúe en recesión en el cuarto trimestre, pero puede comenzar el próximo año con mejor pie, aunque esta evaluación basada en una mejora de un mes debe tomarse con cautela".

Oxford Economics: "Alemania y Francia siguen siendo los eslabones débiles de la eurozona"

Todo lo contrario que los sintagmas del informe sobre Francia. "El sector industrial francés sigue sumido en una profunda crisis", expone sin tapujos Chaudhry. "Las perspectivas al comienzo del cuarto trimestre siguen siendo sombrías. Tanto los volúmenes de pedidos nacionales como internacionales no muestran signos de recuperación. Especialmente preocupante es la nueva caída de la producción esperada para los próximos doce meses. La industria podría beneficiarse de una mayor estabilidad política en París y de inversiones específicas para apoyar la muy necesaria recuperación", agrega. Dentro del dossier de HCOB aparece otro dato demoledor: por primera vez en cuatro años, tanto el sector manufacturero como el de servicios han informado de un deterioro de las condiciones de empleo.

Aunque estas disertaciones vuelven a poner a Francia más cerca del título del 'hombre enfermo', los propios analistas de HCOB son claros: no se puede lanzar las campanas al vuelo con Alemania. "Es posible que el PIB se mantenga plano durante todo el año, como prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su última proyección, tras un descenso del 0,3% en 2023. Esto pone de relieve las debilidades estructurales de la economía alemana, como los elevados costes de la energía, la creciente competencia de China y la escasez de mano de obra", explica De la Rubia.

El mismo observatorio del FMI sitúa el crecimiento de Francia en un 1,1%, proyección que mantiene para 2025. Para Alemania, prevé un 0,8% el año próximo, un nivel aún bastante cercano al estancamiento. Sin embargo, desde ING ven muy optimista ese 1,1% para Francia el año que viene que estiman el organismo con sede en Washington y el propio Ejecutivo francés. "Teniendo en cuenta los indicadores, las perspectivas mundiales y la política fiscal mucho más restrictiva, creemos que esta previsión es demasiado optimista. Esperamos un crecimiento del 0,7% en 2025, después del 1,1% en 2024, y los riesgos que rodean esta previsión son a la baja", plantea Charlotte de Montpellier, economista del servicio de estudios del banco holandés en una nota para clientes.

"La muy difícil implementación del presupuesto del gobierno para 2025 y los nuevos impuestos que se avecinan, así como las tensiones geopolíticas, han aumentado la incertidumbre sentida y están pesando claramente sobre las perspectivas económicas", vaticina De Montpellier. La política fiscal más restrictiva en 2025 pesará mucho sobre la actividad, la situación en el sector industrial se está volviendo muy difícil y el colapso de la confianza empresarial gala en octubre debe verse como una señal de advertencia agrega. Además, advierte, "el aumento de los temores de los hogares al desempleo y el empeoramiento del clima laboral en Francia probablemente harán subir de nuevo la tasa de ahorro de los hogares, en un contexto de política fiscal más restrictiva".

El hecho de que el tradicional 'corazón' político y económico de la eurozona -el eje franco-alemán- muestre estas negativas señalas empeora el diagnóstico de toda la eurozona y redobla la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) en la aplicación de su política monetaria. "Esto no es un buen augurio para la economía de la región en el cuarto trimestre. Es evidente que la caída de los tipos de interés clave del BCE todavía no está teniendo un efecto positivo. Por el contrario, las subidas anteriores de los tipos de interés siguen teniendo impacto. Además, el sentimiento del consumidor sólo se mueve lateralmente a pesar del aumento de los salarios reales", apunta Vincent Stamer, economista de Commerzbank.

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