Dos de las mujeres que conquistaron en su día el corazón de Dani Alves, el futbolista encarcelado a la espera de juicio por una denuncia de violación, viven una situación que nunca hubieran imaginado; Dinorah Santana, la madre de los dos hijos del central brasileño, porque ha defendido al futbolista a muerte tras su detención pero que declara ahora cosas como esta: "Me ha dado la patada". Y Joana Sanz, su última esposa, porque de la noche a la mañana perdió a su madre por una enfermedad y a su marido, que se encuentra en prisión condicional en la cárcel Brians 2 de Barcelona, tras ser denunciado por una joven de 23 años, la cual sufrió una agresión sexual en el baño de una discoteca.