Isabel Pantoja y Mediaset viven situaciones muy delicadas. La madre de Kiko Rivera se enfrenta a la ruina más absoluta y sus deudas tributarias la han puesto contra la pared, con bienes embargados y una economía maltrecha y tan complicada como para no poder pagar el recibo de la luz de Cantora. Al mismo tiempo, la cadena de Fuencarral no levanta cabeza: ninguna de sus tres grandes bazas para este otoño han funcionado.
Solo Got Talent (enfrentado a un desastroso Password de Pedroche) y alguna película de Disney de los viernes marcan datos esperanzadores. Los Cuentos Chinos de Jorge Javier ya son un cadáver, Ana Rosa Quintana no llegó este viernes por la tarde a los dos dígitos, las mañanas son más vulnerables sin ella; y el Gran Hermano de Marta Flich no es lo que era. No le vendría mal a Ana Rosa (ni a nadie) tener a Pantoja en el plató un par de tardes.
Todo indica que Zeppelin se ha ahorrado mucho dinero con el casting y parece que a estas alturas ya se han dado cuenta Manolo Villanueva y Alessandro Salem. El reality debía haber aportado a sus magacines de la mañana, la tarde y los fines de semana varios puntos de audiencia pero no ha sucedido. Están a tiempo de echar de golpe a la mitad de esa caterva de aburridos y renovar el plantel con personajes que arrastren a un público masivo, den notoriedad y hagan que las dos galas y los resúmenes existan.
Si Pantoja está desesperada y hace cualquier cosa por sanear su economía, y Mediaset necesita un revulsivo que revierta su lamentable situación, ¿por qué no repetir la fórmula del pasado? El fichaje de Isabel Pantoja por Supervivientes 2019 fue uno de los mejores reclamos para que el formato alcanzase noches memorables de audiencias históricas en Telecinco. La tonadillera fue la estrella indiscutible del reality desde que se anunció su incorporación y se tiró del helicóptero hasta que tuvo que abandonar por motivos de salud.
La viuda de Paquirri siempre ha vuelto a la casa que le ha dado de comer, por mucho que la hayan despedazado, humillado o insultado. Es uno de esos personajes que son más conocidos por su vida, como protagonistas de la crónica social, que por su teóricamente verdadera profesión. Los hay tipo Belén Esteban cuya profesión es la de famoso, sin más (inicialmente por ser novia de Jesulín de Ubrique), luego reconvertida en "colaboradora" o "empresaria". Pero al menos en el caso de la tonadillera de Triana hablamos de una cantante, con muchos discos a sus espaldas, que da conciertos y que por ejemplo tiene 1.2 millones de oyentes mensuales en Spotify. Si Gran Hermano quiere enfrentarse de verdad al Masterchef de Jesulín de Ubrique tiene que ponerle enfrente a una de las grandes del cuore y no a frikis de segunda.
La Pantoja se mueve por dinero y lo barato sale caro
El caché que podría cobrar Pantoja es incalculable pero a lo mejor es más rentable que las baratijas que pululan ahora por la casa. A lo largo de su vida es evidente que una parte muy importante de sus ganancias las ha recibido (y las recibe) vía exclusivas y todos los ingresos colaterales de ser famosa de portada, de plató, de Photocall, de reality o de patrocinio.
Pantoja es una famosa de primera desde que era una veinteañera e inició su relación con Paquirri (ex de Carmen Ordóñez), revalidó su título con su matrimonio de año y medio con el padre de Kiko Rivera, el nacimiento de su único hijo biológico, y sobre todo por el hecho de convertirse en la viuda de España con solo 28 años, cuando el asta de Avispado hirió de muerte a su marido en la plaza de toros de Pozoblanco.
La fama rentable de Isabel Pantoja no se desangró aquella tarde que ha marcado su vida. Al contrario: la artista sevillana creció exponencialmente como estrella del cuore a la vez que brotaban sus lágrimas, desgarrada por haber perdido al amor de su vida. Pero parió muchos famosos además del hijo que salió de sus entrañas y de la niña que adoptó en Perú (que trabaja en Telecinco). Isabel Pantoja, como Rocío Jurado, es una de esas abejas reinas que en vez de fabricar miel son una factoría de subfamosos: su hijo impresentable, sus adicciones, sus mujeres, ligues y novias, los novios y maridos de ellas, su hija y sus respectivos amores y con el tiempo sus nietos; igual que los novios de la tonadillera, escasos pero de gran intensidad mediática en su momento como aquel hombre largo, educado e insípido llamado Diego Gómez.
Y sobre todo Julián Muñoz, el alcalde corrupto que a su vez generó más personajes, e hizo famosa a su mujer, la cornuda Maite Zaldívar. Tenemos además a sobrinas, hermanos, primas y chachas, como aquella que se hizo traidora y famosilla llamada Dulce, aunque era más agria que la bergamota.
Paso por la cárcel: delincuente Pantoja
Tampoco le vino mal (mediáticamente hablando) su paso por la cárcel. La humillación tiene su morbo. Isabel fue una de las personas imputadas en el Caso Malaya. En 2007, la tonadillera fue detenida en su casa de Marbella y pasó su primera noche en el calabozo, del que salió tras pagar 90.000 euros de fianza. Este efímero paso por prisión sería un preludio de lo que el destino le tenía preparado para unos años después. En abril de 2013 se conoció la sentencia que la acusaba de blanqueo de capitales y el 21 de noviembre de 2014 tuvo que ingresar en prisión con una pena de dos años de cárcel.
Pantoja fue puesta el libertad condicional el 28 de octubre de 2016. Ese mismo día salió de la prisión de Alcalá de Guadaira acompañada por su inseparable hermano mayor, Agustín Pantoja.
Marca Pantoja, garantía de audiencia en el cuore
Entre unos y otros de estos subproductos y muchos que nos dejamos han llenado y llenan revistas, horas de televisión. Sin esta saga o la de la gran Rocío Jurado, Telecinco no hubiera llenado sus dos últimas décadas de éxitos. La saga Pantoja procede en realidad del torero gaditano que murió hace 39 años y que a su vez creó la rama Ordóñez por su primer matrimonio con Carmina y sus dos hijos, que también han llenado miles de horas y de páginas rosas y engendrado más famoseo.
"Señora, la televisión es como la caca: la hacemos pero no la vemos"
Esta semana que agoniza, un ex directivo de Mediaset, suponemos que despechado tras ser despedido, recordaba una historia ya conocida, relativa a la visita que Isabel Pantoja hizo acompañada de Julián Muñoz al antiguo capo de Mediaset. Paolo Vasile, tan caballero como despiadado, recibió a la cantante y al alcalde corrupto de Marbella a pesar de que Telecinco estaba destrozando a la Pantoja y a su amante mañana, tarde, noche y madrugada, siete días a la semana. Cuando la intérprete de 'Hoy quiero confesarme' le preguntó en su despacho a Vasile si no veía lo que estaban haciendo con ella, el romano le respondió así: "Señora, la televisión es como la caca: la hacemos pero no la vemos".
La escatológica y muy ilustrativa respuesta del antiguo vasallo de Berlusconi en España, que jamás consideró la dignidad de una persona por encima de los intereses de la cotizada (y no le fue mal), llegó muchos años antes de que Isabel Pantoja diera las uvas de fin de año en esa misma cadena, participara en Supervivientes, interviniera en varios programas y le sacara mucho dinero a Mediaset, que, seguramente, obtuvo grandes réditos con ella, como hizo tiempo después con su hijo Kiko Rivera, quien cobró de la empresa de Fuencarral a cambio de poner a parir por entregas a la señora que le trajo al mundo, llamándola 'mala madre', ladrona y muchas terribles barbaridades en Cantora: la herencia envenenada, aquel invento presentado por Jorge Javier Vázquez, el mismo que dio en su día las uvas con la cantante.
También es verdad que Pantoja siempre despreció su propia dignidad más que el propio Vasile. El mismo ex directivo que recordaba la escena marrón de Paolo y la tonadillera, Baldomero Toscano, describía a Isabel así: "Mi primera encomienda como directivo fue reunirme con Isabel Pantoja en secreto, en Sevilla, para intentar atraerla a la cadena. La atraje como se atrae siempre a Isabel, con dinero de por medio. Ella nunca tiene bastante y siempre pide lo que necesita. Se valora en función de lo que debe y siempre ha debido mucho", contaba el que fuera director de producción de la Mediaset que funcionaba.
Ahora, como venimos adelantando desde hace mucho tiempo, las numerosas deudas ahogan a Isabel Pantoja y Hacienda pone a la cantante contra las cuerdas en términos económicos. Ya se llevó la Agencia Tributaria la caja de su concierto en Sevilla. A finales de septiembre comenzó su nueva gira, con la excusa de conmemorar sus 50 años de carrera musical. Tampoco le quedan propiedades para vender porque la cantante lo tiene todo embargado o con alguna deuda.
Solo le resta deshacerse de lo poco que le queda y empezar de nuevo a sus 68 años, sin hablarse con sus hijos (dicen que no va a ir a la boda de su hija) y tratar de evitar con ayudas de amistades (y no le quedan tantas) si no el hambre, la precariedad. Este verano ya llegaron a cortarle la luz en Cantora, según dicen en la cadena a la que siempre vuelve cuando sacan la chequera.
Por todo esto y dado que con el dinero de su gira y la venta de sus bienes no sale del pozo no deberíamos extrañarnos de que Isabel dé varias sorpresas y busque ingresos donde casi siempre los ha encontrado: exponiendo su vida en entrevistas o algo parecido. Ya la vimos cantando y contando lo que quiso en El Hormiguero, aunque no se confirmó que le cobrara a Pablo Motos, si bien resulta totalmente inverosímil que la andaluza haga casi nada gratis.
Situación desesperada: deudas, embargo, angustia por no poder pagar los recibos
La desesperación de Isabel Pantoja es de tal calibre que no podemos descartar nada. Si a esto le sumamos la crisis generalizada de Telecinco y en concreto la discreta audiencia del programa más importante de la cadena, o sea, Gran Hermano Vip, no sería demasiada sorpresa que entrara en la casa de Guadalix y se encontrara con la madre de su nieto y otros personajes de medio pelo, lo que previsiblemente daría alas a la peor edición de la historia, con una Marta Flich un tanto desubicada. Hace cuatro años pocos daban crédito a la noticia de que Pantoja entraba en Supervivientes y que la veríamos encerrada durante meses. Pero duró 10 semanas, 70 días de supervivencia con escasez de comida y con complicadas pruebas. Dicen que se llevó 800.000 euros en poco más de dos meses en la isla. La idea es gratis, Pantoja no.