Economista jefe de Lombard Odier

El Tesoro estadounidense no ha podido ser más claro. La política arriesgada en torno a las nuevas emisiones de deuda de EE.UU. "puede causar graves daños" a la economía estadounidense. La fecha en la que el Tesoro podría empezar a decidir a qué acreedores honrar y qué pagos aplazar, podría llegar el 1 de junio, meses antes de lo calculado.

La rapidez con la que han cambiado los discursos económicos y de mercado es asombrosa. A principios de este año había una enorme incertidumbre; resultaban especialmente preocupantes los daños provocados por la crisis de la COVID-19 en el empleo y la morosidad empresarial. En la actualidad, sin embargo, la recuperación se da por supuesta gracias a la disponibilidad de vacunas (al menos en Occidente) y su eficacia (incluso contra las variantes conocidas), el excedente residual del ahorro privado y un apoyo todavía sustancial tanto en el frente de la política fiscal como de la monetaria.

Samy Chaar

Es comprensible que la tragedia griega ocupe un lugar destacado en las mentes de los inversores en este momento, pero también existe mucha confusión sobre los fundamentos al entrar en el segundo semestre de 2015. ¿Repuntará el crecimiento global, liderado por la actividad del sector privado en EEUU, y la aceleración del crecimiento monetario en la zona euro? ¿Empezará por fin a subir la inflación en los países occidentales, mientras el mercado laboral estadounidense continúa volviéndose más rígido? Y ¿cuán inminente es el despegue de los tipos de la Fed?

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