El pasado 7 de noviembre el cantante de trap de renombre internacional Bad Bunny mostró su enfado por la aparición de una supuesta canción suya creada con inteligencia artificial por el famoso usuario FlowGPT. Una intromisión grave para la que además se utilizaron imágenes y voces de otros famosos cantantes. Es cierto que la IA puede amplificar voces y mejorar canciones de cualquier cantante e incluso ayudar en la composición de música, pero como manifestó Lola Indigo durante los últimos Latin Grammy, “la voz de un artista es mucho más que eso; la identidad de la voz se trabaja durante muchísimos años y requiere mucho esfuerzo para darle personalidad”. Y yo comparto su opinión: usar la voz de un artista es robar su identidad. FlowGPT no solo ha copiado la voz sino también la personalidad de los artistas. Detrás de la IA hay un ser humano, un usuario que sabe manejar la herramienta y programarla y que, en este caso, además, ha incluido imágenes de varios artistas sin su permiso. A él habría que aplicarle una sanción.

Abogado y colaboradora de OBS Business School