Opinión
El necesario Estado de derecho requiere de un proceso garantista que sirva para con los fines que se persiguen. Así, no solo la sentencia ha de cumplir con las garantías legales, sino que todo el proceso que da lugar a la resolución última ha de regirse, sin fisuras, por los principios que amparan los derechos fundamentales. Y es que cuando los actos procesales infringen estas normas, la consecuencia jurídica será la nulidad de actuaciones. A veces implicará retrotraer el procedimiento al momento en que se produjo la infracción; otras, cuando la indefensión resulta insubsanable, conllevará directamente la absolución.