Con el aumento de las regulaciones sobre emisiones y la creciente conciencia medioambiental, la transición hacia una movilidad más verde y sostenible es una corriente inevitable. El interés por el coche eléctrico sigue creciendo en todo el mundo y España no es una excepción, aunque las cifras de uso no llegan todavía a los niveles de Europa (apenas un 1% del total de vehículos en circulación es 100% eléctrico). Los usuarios están por la labor y, según nos han contado en una encuesta que hemos realizado recientemente, más de la mitad estaría considerando comprar uno en un plazo máximo de cinco años. Sin embargo, todavía hay algunas trabas. Se reclaman ayudas gubernamentales e infraestructuras en abundancia y fiables (es decir, cargadores accesibles y operativos). ¿Estamos preparados para abordarlo? La respuesta es sí.