Licenciada por partida doble en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la URJC, empezó su andadura profesional en Merca2 y Estilos de Vida S.L., donde escribía noticias de actualidad, para después pasar por la Federación de Madrid de Voleibol, formándose en la grabación de eventos y partidos deportivos, así como en edición de vídeo y locución para el programa Vive el Vóley de la Otra de Telemadrid. Continuó como redactora en la sección de Economía de La Razón hasta que en 2025 fichó por elEconomista.es, donde se desenvuelve como redactora de audiencias especializada en temas de economía y consumo.

En los últimos años se está observando un preocupante cambio de tendencia en torno a bienes y servicios que históricamente no eran objeto de financiación, como la cesta de la compra o las vacaciones. Y es que cuando una persona va acumulando deudas todos los meses teme que llegue un momento en el que no pueda ser capaz de afrontar los pagos, situación que le llevará a hacerse varias preguntas, entre ellas la más repetida: ¿Puede el banco embargarme la nómina?

El Juego del Calamar se ha posicionado como la serie número uno del mundo después de acumular 60 millones de visualizaciones en apenas 3 días desde que se estrenase el pasado 27 de junio. En esta distopía un grupo de personas luchan por conseguir un premio de 45.600 millones de wones para poder solventar sus deudas generadas por la adicción al juego, seguros de salud, etc., cifra que se traduciría en 28.576.265 euros al cambio.

Acceder a una vivienda en propiedad resulta cada vez más complicado dada la escasa oferta y la abultada demanda, una situación que se hace más cuesta arriba para las personas solteras que quieren comprar solas, por ejemplo, un estudio: necesitarían ingresar 18.000 euros netos anuales para hacerlo. Pero es que si lo comparamos con los que quieren alquilar (opción a la que acuden normalmente los que no pueden comprar) el panorama es desolador, dado que necesitarían cobrar 32.000 euros para hacerlo, casi el doble.

Irse de vacaciones en verano es tan normal que muchos podrían dar por sentado que así lo harán una vez llegan julio y agosto. De hecho, el Estatuto de los Trabajadores (ET) reconoce el derecho a disfrutar de un mínimo de 30 días naturales a lo largo de todo el año, aunque no establece cuando puedes irte. Es entonces cuando empiezan las discusiones entre empresa y empleado.

Un grupo de trabajadores demandó a su empresa después de detectar que les había pagado de menos por llegar tarde a su puesto, una práctica que, a su juicio, se trataba de una sanción encubierta conocida como "multa de haber", prohibida en el ordenamiento laboral español. Ahora, el Tribunal Supremo le ha dado la razón a la compañía amparándose en el artículo 26 del Estatuto de los Trabajadores.

Que el mercado inmobiliario está en crisis no es ninguna novedad. Comprarse una casa es cada vez más complicado, los salarios no crecen al mismo tiempo que los precios y la precariedad laboral está a la orden del día. Y para los que se decantan por el alquiler más de lo mismo, o incluso peor.

Un hombre ha conseguido que su empresa le pague 218.367,52 euros de indemnización tras una sentencia pionera del Tribunal Supremo que, amparándose en el artículo 46.5 del Estatuto de los Trabajadores, le ha reconocido su derecho preferente a reincorporarse tras una excedencia voluntaria después de que la propia compañía se lo negase en repetidas ocasiones porque "no había vacantes".

Muchas veces no somos conscientes del tesoro que tenemos en nuestras manos o, en este caso, en nuestro monedero. Y es que hay ciertas piezas que pueden llegar a valer una fortuna en el mercado de la numismática, o lo que es lo mismo, para los coleccionistas de monedas. Esta vez nos referimos a una moneda de dos euros acuñada en 2001 por la que nos pueden pagar 5.000 si jugamos bien nuestras cartas.

En 2017, una mujer se reincorporó de una excedencia por cuidado de su hijo para después dejar de acudir a su puesto de trabajo durante cinco días, lo que provocó que la empresa la despidiera disciplinariamente y empezase a cobrar el paro. Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) la ha condenado a devolver los más de 11.000 euros que estuvo cobrando de forma indebida al considerar que ha cometido fraude de ley, provocando su despido de forma intencionada.