
A la hora de firmar un contrato de alquiler muchos inquilinos se ven asediados por un mercado sofocante: un anuncio tiene, de media, 38 personas interesadas, cifra que en ciudades como Palma o Barcelona se dispara hasta los 64 y los 95, respectivamente.
Teniendo en cuenta estos números es habitual que muchos inquilinos no quieran arriesgarse a discutir con el propietario por su "posición dominante", viéndose obligados a aceptar unas cláusulas que ni siquiera saben si son legales o no porque no tienen tiempo de leer el documento como deberían, o si les han impuesto un precio por encima del valor de mercado.
En este sentido, un reciente informe de Fotocasa ha puesto de manifiesto que aproximadamente tan solo el 23% de las personas que ha alquilado un inmueble para vivir en él ha negociado el precio, un porcentaje que lleva varios años retrocediendo y que es especialmente acusado si lo comparamos con el 34% de 2021.
Cada vez negocian menos el precio
De los que iniciaron negociaciones, el 54% logró que su casero les rebajara el alquiler, un porcentaje algo algo inferior al del año anterior (57%) por lo que observamos, de nuevo, una tendencia descendente. Mientras, en el lado contrario encontramos que al 33% les subieron el precio respecto al inicial, cifra que lleva aumentando de forma preocupante desde 2022, cuando era del 17%.
De los que consiguieron una rebaja del alquiler, en la mayoría de los casos el descenso no fue mayor del 10%, siendo el principal motivo para el cambio de precio que "solo así podíamos llegar a un acuerdo", según los inquilinos, habiendo también un amplio porcentaje que afirma haber iniciado negociaciones porque "el precio no correspondía a la realidad del mercado".
Pero los arrendadores ven el problema desde otra perspectiva. Los que redujeron el precio de su vivienda de alquiler lo hicieron debido a que "los inquilinos no podían pagar porque su situación económica había empeorado", tan solo el 10% lo hizo porque "llegaron pocos interesados" y un 6% porque "el estado de la vivienda hizo que replanteásemos el precio de la misma".
Y qué más dicen los propietarios
Continuando con la perspectiva de los propietarios, sabemos que el 24% asegura que en el último año ha negociado el precio de la renta mensual, más o menos a la par que el porcentaje de inquilinos que hizo lo suyo propio (23%). Para los arrendadores, el resultado de estas conversaciones condujo a la bajada del precio para la mayoría de casos, el 59% para ser más concretos, aunque el 36% lo aumentó.
En el análisis de los propietarios que negociaron el precio a la baja vemos que se trata de un escenario que muchos de ellos ya conocen, ya que un 49% ya había realizado estas variaciones en el precio más veces anteriormente. Cabe recordar que las modificaciones del precio no suelen superar el 10% del coste del alquiler, de manera que este fue el rango de variación que asumieron el 70% de los arrendadores que redujeron el precio del alquiler de su vivienda. Otro 20% asegura que la modificación del precio osciló entre el 10% y el 15%.
El problema en profundidad
La directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, María Matos, achaca este comportamiento a la drástica reducción de la oferta de viviendas disponibles en alquiler, que ha provocado que el mercado entre "en una dinámica de fuerte desequilibrio, en la que la demanda supera con creces a la oferta". Matos continúa añadiendo que "esta escasez de oferta coloca a los propietarios en una posición dominante, que les permite fijar precios y establecer criterios a la hora de elegir al inquilino, priorizando aquellos perfiles que consideran más solventes".
Este contexto es el que ha propiciado que el margen de negociación caiga tan drásticamente, es más "estas reducciones suelen ir acompañadas de concesiones por parte del inquilino, como aceptar que no se lleven a cabo determinadas mejoras o actualizaciones necesarias en la vivienda".
Matos concluye diciendo que "el resultado es un mercado cada vez más tensionado, donde los inquilinos no solo compiten entre sí por un número limitado de viviendas, sino que también deben asumir condiciones menos favorables en calidad del inmueble".