Opinión | Miguel A. Bernal
30/01/2016, 19:00
Sat, 30 Jan 2016 19:00:10 +0100
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Preferentes, subordinadas, convertibles, convertibles obligatoriamente convertibles (CoCo?s), swaps de tipos de interés, clausulas suelo y techo, collars, hipotecas multidivisas, estructurados, garantizados, reverse convertible, derivados financieros, contratos financieros atípicos (CFA).... son tan solo una larga lista de productos comercializados por las entidades de crédito en nuestro país en los últimos años. Productos estos que han generado un revuelo entre la opinión pública sin precedentes hasta el momento. Las querellas que llegan hasta los tribunales por los problemas ocasionados son interminables y periódicamente, a través de los medios de comunicación, vamos conociendo más y más casos. El problema, además, es mayor del que se desprende de la actuación de los juzgados, pues en algunos casos ni siquiera llegan a los tribunales: son resueltos o tapados por la propia entidad que los ha comercializado, mediante acuerdos con los clientes afectados. Pero no son solo los activos los que generan escándalo hay otras cuestiones como por ejemplo la formulación de cuentas incorrectas a la hora de informar de una compañía cotizada o el hecho de que se colocarán sus acciones entre inversores no profesionales.