Director ejecutivo de Strategy Economics
Matthew Lynn

Después de la tormenta siempre llega la calma. Emmanuel Macron, el ambicioso ministro francés de economía, ya está desenrollando la alfombra roja para los banqueros y financieros del mundo que huyan de Londres con destino a París si el Reino Unido decide dejar la Unión Europa el 23 de junio. HSBC podría aceptar la oferta y trasladar a mil altos cargos desde la capital británica. Aunque perder a su segunda mayor economía podría, a primera vista, parecer un golpe para la UE, por ahora lo que sí podría ser es una ventaja modesta.

Matthew Lynn

Cuando Barack Obama aterrizó en el Reino Unido insistió en decir a los británicos, en términos amables pero contundentes, que abandonar la Unión Europea sería una locura. Sin embargo, cuando voló a Alemania para encontrarse con Angela Merkel, eludió la oportunidad de transmitir un mensaje igual de polémico y rotundo: que el país debe aflojar las garras de Grecia y reestructurar su deuda.

Matthew Lynn

¿Qué hay que hacer para merecer una multa de más de 7.000 millones de dólares? ¿Esparcir vertido nuclear por Italia? ¿Entregar a los piratas ucranianos la mitad de las contraseñas bancarias de Internet del continente? ¿Introducir carne de perro en millones de hamburguesas? Debe de ser algo bastante atroz. Pues no, ante la creciente ferocidad de los reguladores antimonopolio europeos basta con destacar supuestamente las aplicaciones propias en un sistema operativo diseñado y construido por uno mismo y, zasca, 7.000 millones por favor.

Matthew Lynn

De todos los nombres de dioses antiguos que podía escoger el nuevo fondo de rescate bancario de Italia, Atlas es sin duda el más adecuado. Sobre sus hombros anchos y fuertes, Atlas sostuvo el mundo.

Matthew Lynn

Una red de sociedades offshore. Fideicomisos y fundaciones con sede en islas remotas. Dictadores y políticos elegidos democráticamente condeándose en libros del mismo bufete de abogados. El escándalo que ha irrumpido sobre el bufete panameño Mossack Fonseca tiene un elenco de personajes lo bastante colorido y con suficientes tratos misteriosos como para entretener a los escritores de suspense durante años.

Matthew Lynn

Las bazucas, cargadas. Los helicópteros de ataque, con el depósito lleno y listos para volar. El arsenal, completo con armas nuevas y espantosas, nunca antes vistas. Tal vez no sorprenda que los bancos centrales recurran a metáforas militares para describir su lucha contra la deflación. En su opinión, están librando una guerra y, como los generales en el campo de batalla, sus tácticas son tanto psicológicas como económicas.

Matthew Lynn

Primero París, ahora Bruselas. Europa todavía estaba digiriendo las consecuencias del mortal atentado terrorista en París el pasado mes de noviembre cuando la capital belga ha sido víctima de otra ronda de atrocidades que, en el momento de escribir estas líneas, ha costado la vida de más de tres decenas de víctimas inocentes. Por desgracia, Europa se está teniendo que acostumbrar a unos ataques terroristas antes inimaginables.

Matthew Lynn

No hubo tarta. Nadie infló globos ni se entregaron regalos. El pasado jueves el Banco de Inglaterra vivió en silencio una fecha señalada. Al mantener los tipos de interés sin cambios se cumplieron siete años en los que no ha hecho precisamente nada.

Matthew Lynn

La producción global se expande un 3,5% al año. El gasto de los consumidores aumenta. El paro cae de manera constante. Los precios de la vivienda mejoran modestamente. Si juntamos todos estos datos tendríamos una economía en bastante buena forma... Aunque no tenga un gobierno.

Matthew Lynn

Salvar al euro, arreglar la crisis de los bonos, aplacar a los radicales en Grecia y maquinar una recuperación modesta en gran parte de la periferia del continente, mientras se convence a la vez a los alemanes de que imprimir dinero no ha provocado el hundimiento inmediato de la civilización.