Opinión | Matthew Lynn
La pesquisa sobre por qué el Reino Unido deja la UE no tiene por qué ser muy larga. David Cameron, el primer ministro británico, parece ahora haber calculado condenadamente mal al convocar un referéndum cuando no tenía un claro liderazgo en las encuestas. Ahora ha pagado ese error con su empleo. Angela Merkel, la canciller alemana, cometió un error catastrófico al no ofrecer al Reino Unido más en su renegociación. Una cláusula de salida voluntaria en torno al libre movimiento de trabajadores, o incluso un freno de emergencia en torno a las cifras, habría acabado con el tema de la inmigración -y habría conseguido la victoria para el Remain. Ambos comparten a partes iguales la culpa de lo que ha ocurrido.