Opinión
17/06/2019, 06:00
Mon, 17 Jun 2019 06:00:17 +0200
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La reforma fiscal se convirtió en el principal campo de batalla de la contienda por el liderazgo conservador. A medida que se acercaba la primera ronda de votaciones, hubo una escalada armamentista en marcha para ver quién pudo presentar las ideas más radicales. Como era de esperar, mucha gente lo descartará por irresponsable y poco más que complacer a los miembros del Partido Conservador. Pero, esperen. De hecho, necesitamos urgentemente un debate sobre nuestro sistema fiscal. ¿Por qué? Porque después de tres décadas de negligencia chirría bajo su propia complejidad. A medida que abandonamos la UE podemos reformarlo radicalmente, ya que Reino Unido va a necesitar un gran impulso fiscal. Es difícil ver muchas cosas buenas en la última ronda de lucha interna del Tory, pero las promesas de una reforma fiscal genuina serían algo.