Reportero especializado en banca y finanzas. Antes, estuvo en la agencia internacional de noticias Reuters, donde cubrió empresas y mercados europeos, y en el periódico El País, dedicándose a temas económicos. Italiano, pero ciudadano del mundo.

En su largo escrutinio sobre la opa BBVA-Sabadell, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) hizo una radiografía del sector bancario español para poner bajo la lupa los posibles riesgos que implica la operación y concluyó que las fintech y los neobancos ejercen una presión competitiva "escasa" en el segmento de la banca minorista. En cambio, las entidades tradicionales sí ven a estas firmas emergentes como competidores directos en el mercado de servicios de pago, según reflejan las respuestas al test de mercado lanzado por Competencia antes de emitir su dictamen.

El clima de incertidumbre debido a los desequilibrios geopolíticos y comerciales no asusta, de momento, a los bancos. Las entidades financieras siguen aprovechando del momento dulce que está viviendo la economía española -con un crecimiento por encima de los otros países europeos y una morosidad en mínimos- para descargar su hucha de provisiones y, a pesar de un entorno de tipos a la baja, lucir excelentes beneficios. En el primer trimestre, la gran banca redujo un 20% su partida de dotaciones de pasivo y pérdidas por deterioro, hasta 943 millones de euros. Es una cifra que considera únicamente la actividad en España, salvo en el caso de CaixaBank, que no desglosa esta métrica por países.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) defendió que, a la hora de ejercer su función reguladora en un proceso de consolidación, no puede establecer unos compromisos eternos, al tratarse de algo que no le compite. "Estos remedios, necesariamente, deben tener un carácter temporal ya que, en otro caso, serían medidas regulatorias indefinidas que la CNMC no está habilitada para establecer a través del mecanismo de control de concentraciones", detalló en el documento sobre el dictamen de la opa BBVA-Sabadell.

Los compromisos que BBVA debería asumir en su intento de hacerse con Banco Sabadell han sido objeto de un intenso debate durante el escrutinio de la operación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Las Cámaras de Comercio de Cataluña y Alicante pidieron un blindaje del crédito a todas las pymes cuya cuota de financiación con las dos entidades alcance un 50%. La patronal catalana Pimec fue aún más estricta en su análisis, al exigir que este umbral baje al 20%, según el documento publicado por Competencia sobre su dictamen.

La fintech italiana Scalapay, especializada en la opción de pago "compra ahora, paga después" (buy now, pay later, en inglés), busca reforzarse en España. Tras aterrizar en este mercado hace tres años, considera que tiene un potencial de crecimiento enorme debido a la alta tasa de digitalización del país y al aumento de las transacciones online. "El momento es muy positivo, porque si miramos al desarrollo que tuvimos en Italia o en Francia cuando entramos allí, estamos creciendo mucho más ahora en España. Los grandes players que han entrado en Europa desde China, por ejemplo, han elegido España como test", ha apuntado Giorgio Moretti, country manager de Iberia de la firma.

Las principales autoridades europeas comienzan a pasar de la teoría a la práctica para aliviar las cargas a la banca. El objetivo es reforzar las entidades financieras para que ayuden mejor con los grandes desafíos inversores del Viejo Continente y fortificar su competitividad frente a los colosos globales de Estados Unidos y China. La Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y hasta el Banco de España han armado equipos especializados para trabajar en una simplificación normativa.

La duración del mantenimiento del crédito a las pymes ha sido uno de los asuntos más delicados en el largo análisis de la opa del BBVA al Sabadell: el vallesano cifró en 21.500 millones de euros la reducción de crédito nuevo a estas empresas tras la operación. En su diálogo con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el banco vasco llegó a plantear hasta seis propuestas de compromisos y, finalmente, prometió mantener el circulante a las pymes clientes de Sabadell, así como el volumen del crédito a aquellas que dependan de forma significativa para su financiación de ambas entidades o de una de ellas. Todo esto durante tres años, prorrogables a otros dos adicionales. Un plazo de tiempo que se queda muy lejos de la petición que hizo el banco opado: Sabadell había puesto sobre la mesa una duración de este compromiso de ocho años, algo que Competencia vio inviable, al considerarla una "propuesta desmedida".

La banca competidora se desmarcó del Sabadell, al considerar que los compromisos propuestos por BBVA con respecto al mantenimiento del crédito a las pymes es "suficiente" para mitigar cualquier riesgo de reducción de financiación para estas empresas. Así lo refleja el informe detallado publicado ayer por Competencia sobre el resumen del dictamen divulgado hace semanas sobre la transacción. El documento enumera las entidades que llegan a esta conclusión: Santander, CaixaBank, Deutsche Bank, Unicaja, Bankinter, Ibercaja, Abanca, Banca March y Kutxabank.

En materia de concentraciones empresariales existe un termómetro conocido como indicador Herfindahl-Hirschman (HHI) que cuando alcanza determinados umbrales pone en alerta a las autoridades de Competencia. Según las reglas de la Comisión Europea hay problemas cuando el umbral se mueve entre los 1.000 y 2.000 puntos y sube de golpe más de 251, o si el avance excede los 150 a partir del nivel de 2.000.