Banca y finanzas

La CNMC aprueba la opa a Sabadell con compromisos pactados y endurecidos a BBVA

La presidenta de Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, Cani Fernandez.
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Jornada intensa en la opa de BBVA a Sabadell. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó este miércoles la operación con compromisos pactados y endurecidos para el grupo vasco después de una sesión maratoniana de su Sala de Competencia, donde logró amarrar el apoyo unánime de sus cinco miembros al plácet tras horas de reunión, evitándose así reparos a través de votos particulares. La transacción queda, por tanto, pendiente y a expensas de si el Gobierno da una vuelta de tuerca en las exigencias a BBVA tras haber mostrado su disconformidad desde el principio con la integración.

Las discrepancias en el organismo liderado por Cani Fernández, en el caso de haberse emitido votos particulares, habrían allanado el camino para que el Ejecutivo abriese el análisis. En cualquier caso, la resolución de Competencia solo será firme hasta superar el trámite del Gobierno.

El Ministerio de Economía dispondrá de 15 días, cuando reciba su informe, para elevarlo o no al Consejo de Ministros, que contará a su vez con otros 30 días hábiles después para decidir si añade remedies distintos a los criterios de competencia -en caso de observar riesgos derivados de la compra de Sabadell-, los confirma o suaviza.

Los remedies que BBVA ofreció en un origen los ha incrementado en, al menos, seis ocasiones en el marco de las negociaciones con CNMC y para paliar las amenazas que que el organismo observó para la competencia efectiva en diferentes ámbitos y en particular por una merma potencial en la disposición de crédito para las pymes y en el servicio de pagos vía TPVs.

La CNMC explicó este miércoles, en un comunicado emitido a altas horas de la noche, que ahora considera "adecuados, suficientes y proporcionados" los remedies ofrecidos por la entidad liderada por Carlos Torres "para solucionar los problemas que esta concentración supone para la competencia en los mercados afectados".

Entre otras garantías y para el caso específico de las pymes, BBVA garantiza ahora el volumen de crédito a medio y largo plazo de los clientes pymes que a 30 de abril de 2025 reciban, al menos, el 85% de esta financiación de BBVA y/o Banco Sabadell -el banco vallesano había pedido que lo hiciese desde cuotas del 20%-.

Mantiene el compromiso de conservar la financiación a corto plazo (circulante) a las pymes que tengan este crédito con Sabadell, incluidas las destinadas para financiar las actividades de comercio exterior, y extiende la garantía también a los autónomos.

Además, en Cataluña y las Islas Baleares, donde el nuevo grupo superará el 30% de cuota en financiación y pymes, tras engrosarla más del 10% por la operación, asegura el volumen de crédito si el 50% o más procede de ambos bancos o de alguno de ellos. No cerrará oficinas de empresas como ya había acordado previamente ni ofrecerá un precio superior al medio nacional en el nuevo flujo de crédito a pymes y autónomos para cada nivel de rating y producto de financiación.

Entre otros, el banco también se compromete a crear y publicitar una "Cuenta para Clientes Vulnerables", no cerrar oficinas si no hay otra a menos de 300 metros ni en códigos postales con renta per cápita inferior a 10.000 euros, tampoco en municipios con menos de 5.000 habitantes o si quedan menos de tres competidores, y preservará las condiciones que los clientes pymes y autónomos en los servicios de TPVs.

Son garantías que preservará durante tres años, ampliables en otros dos en el caso del crédito a pymes, y de 18 meses en el acceso a cajeros. La CNMC supervisará su cumplimiento durante el plazo acordado.

El presidente de BBVA, Carlos Torres, defendió que compromisos asumidos "favorecen la inclusión financiera, la cohesión territorial y el crédito a pymes y autónomos, y preservan la competencia, especialmente en los territorios en los que tendremos mayor presencia, como Cataluña".

Tras conocerse el resultado del dictamen, Banco Sabadell también reaccionó y puso de relieve que BBVA ha tenido que asumir remedies porque la propia CNMC advirtió riesgo para la efectiva competencia. Subrayó que se ha opuesto a la metodología utilizada por el organismo desde el principio, al juzgar que "no es adecuada para analizar la unión de negocios bancarios para pymes" y, por tanto, "no permite conocer las consecuencias que esta concentración tiene para esos clientes".

El consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, ha insistido en varias ocasiones en que la solución para garantizar la competencia pasaba por exigir medidas estructurales al comprador como la venta de determinados negocios, entre ellos carteras de créditos a pymes, y así lo pidió en la fase de alegaciones.

La entidad liderada por Josep Oliu remarcó que la última palabra la tendrán los accionistas de Sabadell cuyos títulos cotizan hoy casi un 7% por encima del canje ofrecido, deslizando que aún dispone de tiempo para enseñar su potencial con la presentación de resultados la próxima semana y posteriormente de su plan estratégico para 2025-2027.

Para garantizar que tomen una decisión bien informada pide luz y taquígrafos sobre la transacción. Sabadell refutó las cifras de sinergias y exigió que aclare cómo quedan si no hay fusión.

Una ofensiva que arrancó hace un año

BBVA lanzó la operación el 9 de mayo del pasado año en contra del consejo de administración de Sabadell, que rechazó la oferta por considerar que infravalora el potencial de la entidad vallesana. Competencia recibió la notificación el 31 de mayo y el 12 de noviembre llevó el expediente a un escrutinio superior (Fase II), convirtiendo esta concentración bancaria en la primera que no se resuelve en la Fase I.

Las razones son varias. La principal es que la CNMC juzgó que los compromisos presentados por BBVA no eran determinantes para paliar el riesgo que observaba en una desaparición del crédito a pymes y en los TPVs.

Al ser una operación hostil y con dos versiones contrapuestas en cuanto al potencial impacto, la Fase I despojaba al vallesano de la posibilidad de hacerse oír y la habilitaba la Fase II. La opa ha recibido, además, un fuerte rechazo entre numerosas organizaciones empresariales y sindicatos, sobre todo, después de que la CNMC rechazase la petición de personación de 79 interesados -sólo admitió la personación del vallesano-.

Diferentes organizaciones recurrieron, de hecho, ese rechazo en la Audiencia Nacional como Foment del Treball, UGT, la Cámara de Barcelona, Pimec o la patronal de empresarios de Galicia (CEG), y alertaron sobre el perjuicio en la financiación. Desde el inicio, BBVA ha buscado calmar estos temores y sostiene que el grupo fusionado podrá elevar el crédito en 5.000 millones extras.

Y en interlocución con la CNMC el banco ha ido aumentando sus garantías. Cuando Competencia puso en marcha el test de mercado, consultó a 40 organizaciones y entidades sobre la efectividad de remedies que, entre otros, comprometían a BBVA a mantener todo el circulante de las pymes de Sabadell durante tres años, ampliables en dos si Competencia lo pedía.

En la consulta del test, el Sabadell habría requerido ampliar la aplicación de las garantías para mitigar los riesgos, según fuentes conocedoras del proceso. Entre otras medidas, habría pedido que las garantías lleguen a pymes con hasta 100 millones de facturación -las conocidas protegen hasta 50 millones- y a los autónomos. También abogó por proteger la cuota total de crédito de las pymes que reciban, al menos, el 20% de su financiación de ambos bancos. Ha incluido a los autónomos en algunos supuestos, pero la cuota protegida queda en el 85% finalmente.

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