
El clima de incertidumbre debido a los desequilibrios geopolíticos y comerciales no asusta, de momento, a los bancos. Las entidades financieras siguen aprovechando del momento dulce que está viviendo la economía española -con un crecimiento por encima de los otros países europeos y una morosidad en mínimos- para descargar su hucha de provisiones y, a pesar de un entorno de tipos a la baja, lucir excelentes beneficios. En el primer trimestre, la gran banca redujo un 20% su partida de dotaciones de pasivo y pérdidas por deterioro, hasta 943 millones de euros. Es una cifra que considera únicamente la actividad en España, salvo en el caso de CaixaBank, que no desglosa esta métrica por países.
Junto a la coyuntura económica favorable, algunas entidades siguen arrastrando parte de las provisiones que acopiaron para hacer frente a la crisis del coronavirus y que están liberando progresivamente. "Es un momento óptimo para bajar provisiones, porque aunque el Banco Central Europeo (BCE) ha bajado los tipos, el negocio resiste y, al mostrar resultados sólidos, los bancos siguen atractivos ante los inversores y pueden seguir disfrutando del rally en bolsa", ha apuntado José Luis Cortina, presidente de la consultora Neovantas.

Todos los bancos cotizados mostraron una senda a la baja, salvo Unicaja, que en los primeros tres meses del año se desmarcó y elevó sus provisiones en un 8% frente al mismo período del año anterior. Tras resolver las tensiones en su gobernanza, la entidad malagueña abrió el año pasado una nueva etapa que concretó el pasado febrero con la presentación de un plan estratégico trienal, orientado a diversificar sus ingresos y a impulsar su negocio de empresa y de banca privada.
En el primer trimestre de 2024, Unicaja ya se comprometió en un gran esfuerzo de reducción de dotaciones para insolvencias, al rebajarlas más de un 25%, hasta 50 millones. "Es probable que se haya cuidado de no forzar la componente de provisiones", apostilló Cortina. Además, la tendencia ligeramente al alza ya había empezado en el trimestre anterior, cuando el banco reforzó su hucha como consecuencia de un plan de salidas voluntarias que afectará 150 personas.
Por otro lado, el banco que más disminuyó sus dotaciones en el período fue CaixaBank. La alforja cayó un 37%, hasta 214 millones, y la bajada afectó tanto las provisiones de crédito -debido a una evolución positiva de la calidad del activo- como a otras provisiones, ya que el año pasado éstas recogían impactos asociados a las prejubilaciones en el negocio portugués de BPI, además de mayores dotaciones por ciertas contingencias que han vuelto a niveles recurrentes, señalaron fuentes del banco.
En plena opa lanzada por BBVA, el Sabadell apostó por reducir sus provisiones un 29%, hasta 129 millones, lo que le permitió conseguir unos resultados extraordinarios. De hecho, al tener en cuenta solo el negocio bancario en España, el vallesano fue la entidad que más aumentó en términos porcentuales su resultado neto frente al año anterior, un 49%. Su atacante, el banco vasco, no fue menos: sus dotaciones cayeron un 15% y su beneficio en España se elevó en casi un 44%.
Tanto Santander como Bankinter achicaron su hucha un 8% cada uno, hasta 304 millones y 77 millones, respectivamente. El banco presidido por Ana Botín es el que cuenta con la mochila de provisiones más pesada entre los cotizados, así como con el coste de riesgo más elevado, un 0,49%. Sin embargo, las cifras reflejan una clara tendencia a la baja en ambos casos y están en línea con sus objetivos.
Más prudencia
Hasta ahora, el sector pudo aprovechar del momento económico favorable para descargar su alforja de provisiones, aunque fuentes del mercado apuntan a que hay poca visibilidad con respecto a la evolución de estas dotaciones en los próximos trimestres. El BCE señaló en su último informe de estabilidad financiera que los crecientes riesgos geopolíticos y las tensiones comerciales podrían poner a prueba la resiliencia del sistema europeo. De hecho, ya el año pasado el regulador pidió a la banca que aumentara su resistencia a potenciales shocks geopolíticos y que elaborara escenarios para recoger esos posibles riesgos.
El presidente de Unicaja, José Sevilla, dijo a este periódico que por la parte de provisiones que se dotaron el año pasado ve "espacio de mejora" y, además, afirmó que no le consta que el supervisor le haya pedido un aumento de provisiones en los últimos meses ante la mayor incertidumbre. Cortina cree que la cartera de empresas de Unicaja está menos expuesta a riesgos arancelarios o relacionados con el entorno internacional frente al Santander, BBVA o CaixaBank, por lo que estaría más cubierto ante posibles desequilibrios de este tipo.
El pasado abril, el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció una pausa de 90 días -hasta mitad de julio- para los aranceles más elevados a varios países. Pero una vez transcurrido este plazo, todos los escenarios pueden quedar abiertos y, ante la inquietud, no se descarta que los bancos adopten un comportamiento más prudente en la gestión de sus provisiones.