Es condición humana y factor de sostenibilidad sociológica que, en cualquier actividad, busquemos certezas. Más si cabe en la actividad económica, donde cualquier iniciativa ha de ponderar adecuadamente las posibilidades que se ofrecen y determinar la intensidad de las eventuales amenazas. Si la incertidumbre es mundial, producto de una crisis bélica o de una crisis sanitaria como es el caso, el horror vacui es más profundo. Ante una situación perdurable como la que vivimos, la primera pretensión es partir de un diagnóstico cierto de la realidad. La descripción veraz de la realidad no es alarmismo, porque lo que más alarma puede causar es la negación o la simplificación de la realidad misma.

Portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Popular. Diputado del PP por Huesca. Coordinador de asuntos económicos del Grupo Parlamentario Popular