Opinión

Aquellos años que el PSOE quiere olvidar

El presidente Sánchez se olvide de que fue el PSOE el que impuso el mayor ajuste fiscal de la historia de España

De un tiempo a esta parte, la mentira se ha convertido en una práctica totalitaria cuyo objetivo final es transformar el pasado. El control del poder por Pedro Sánchez exige una alteración continua de lo que ocurrió hasta el punto de que se forja una realidad no acontecida, que, por varias veces repetida, acaba convirtiéndose en una pieza de convicción del pensamiento socialista. Mientras actúan sobre la memoria histórica, dos conceptos ambivalentes, juegan simultáneamente a negar algunos años de su historia reciente, fundamentalmente la que se refiere a la gestión de la anterior crisis económica y financiera. Y es que los años 2010 y 2011, años de Gobierno de Rodríguez Zapatero, parecen que no existieron en el imaginario colectivo del nuevo socialismo, aún cuando muchos de los diputados presentes protagonizaron algunas votaciones de las que ahora reniegan. Por todos, Pedro Sánchez.

Constituye una impudicia falaz afirmar que fue el Partido Popular el que inició una estrategia de consolidación fiscal y contención del gasto público en aquellos críticos años de la crisis. Radicalmente falso. Fue el Gobierno del PSOE, seguramente muy a su pesar, el que aprobó el mayor paquete de medidas de reducción del gasto presupuestario, dos años antes del que el Partido Popular llegara al poder. Hay un agujero negro reciente en la historia emocional del PSOE que solo pueden contrarrestar desde la negación de lo que ocurrió, cuando apenas han transcurrido diez años desde aquellos hechos. En efecto, señorías, 2010 y 2011, forman parte también de la memoria y de la historia, y quedan los libros de actas de las sesiones del Congreso de los Diputados y el Boletín Oficial del Estado para atestiguar que la austeridad, los ajustes y los recortes tienen gentilicio socialista.

Los recortes de Zapatero que Sánchez niega fueron los mayores de la historia

En plena era del recreacionismo histórico y de la depuración de la verdad, Orwell parece un mero aprendiz, cuando, en "1984", proyectaba lo que ahora no deja de ser el pan nuestro de cada día en el Gobierno socialista: "Al fin, el Partido anunciaría que dos y dos eran cinco. Y habría que creerlo. Era inevitable que tarde o temprano lo pretendiese. La lógica de su posición lo exigía. Su filosofía negaba tácitamente no sólo la validez de la experiencia, sino la propia existencia de la realidad." Así es cómo se desempañaron en sede parlamentaria la mayor parte de los altos cargos que comparecieron la semana pasada en las diferentes Comisiones para dar cuenta del proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2021, quienes habían sido convenientemente aleccionados en el dogma binario por el que de la anterior crisis se salió a partir del austericidio del Partido Popular frente a la nueva normalidad presupuestaria de Sánchez en la que la salida se producirá con un incremento torrencial de gasto público. Radicalmente falso. Regresemos al pasado. 2010 y 2011.

Corría el 12 de mayo de 2010 cuando un cariacontencido Presidente Rodríguez Zapatero tenía que rendir cuentas en el Congreso del mayor ajuste fiscal de la historia democrática de nuestro país, aprobado en su integridad por un Gobierno socialista. Ignoro si un joven diputado de apellido Sánchez se removía incómodo en su escaño pero conozco que refrendó con su voto las medidas aprobadas en el Real Decreto ley: congelación de las pensiones, eliminación del cheque-bebé, reducción de un 5 por ciento del sueldo de los empleados públicos, y supresión de la paga extra de Navidad, todo ello consolidado en 2011 con una rebaja del sueldo de los funcionarios que se extendió a la paga extra de verano. Aquel ajuste, término que acuñó el propio PSOE y del que ahora abomina, se saldó con un recorte presupuestario del 10%, 35.000 millones de euros, pasando de 350.696 M€ en 2010 a 315.992 M€ en 2011. Los recortes llegaron a todas las partidas presupuestarias, incluidas las sociales: -20% en políticas de acceso a la vivienda; -8% en Sanidad, Servicios Sociales, Educación o Cultura; -5,4% en políticas de fomento al empleo; o -41,8% en las transferencias a otras administraciones públicas, circunstancia esta que redundaba derechamente en la reducción de partidas de administración autonómica como sanidad, dependencia o educación. Por no hablar de las prestaciones por hijo a cargo o el plan de acción para la discapacidad que se minoró en un 80%.

Es falso que fuera el PP el que impuso la austeridad y los ajustes de gasto en la anterior crisis

Pero no fue suficiente porque un año después aquel Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero, respaldado por un Grupo Parlamentario en el que, entre otros, operaba Pedro Sánchez, promovió la reforma del artículo 135 de la Constitución, blindando supranormativamente el principio de estabilidad presupuestaria y concluyendo un proceso de conversión del socialismo español hacia la ortodoxia fiscal. Paradójicamente, se han olvidado que fueron ellos los precursores de la reforma y hacen ahora vigilia permanente negando tal modificación. Será que quienes persiguen el negacionismo en otras áreas, niegan en cambio lo que ocurrió aquellos años en su política económica. 2010 y 2011 no se pueden olvidar. Por mucho que quieran.

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