Han transcurrido pocos días desde que la Comisión Nacional del Mercado de Valores amonestó a las empresas cotizadas por aderezar sus comunicaciones de resultados con demasiados criterios no contables. Estamos probablemente ante la admonición de la década. Desde luego, entre directores financieros y responsables de relación con inversores el revuelo ha sido mayúsculo. En estos días, en el palacio de la Bolsa se ha hablado más de taxonomías y de métricas que en las obras completas de los dos Carlos, Linneo y Darwin.

Director del área Corporativo Financiero en LLYC España