Presidente de Freemarket Corporative Intelligence

El proyecto de cambio de Régimen iniciado por la coalición social comunista desde su acceso al poder en 2019, cuya segunda fase se concretó con el acuerdo programático entre el PSOE y Sumar, ha cerrado el circulo rupturista con el pacto entre el PSOE y Junts. De llevarse a la práctica, la combinación de ambos supone la destrucción de la democracia liberal, el control de la economía por el Estado, la transición hacia un modelo de sociedad y de Estado inédito en el mundo occidental por su corte autocrático-totalitario y sienta las bases para la ruptura de España. El sistema consensuado por todas las fuerzas parlamentarias en 1978 está muerto. Los socialistas y sus aliados han decido romperle con una mayoría precaria, sin dar voz a los ciudadanos españoles y con una sola finalidad: mantener en el poder al líder del PSOE.

El PSOE y Sumar acaban de firmar un pacto titulado Una nueva coalición de Gobierno progresista para España. Como era previsible, el pacto social-comunista se traduce en la continuidad y profundización en una política incompatible con la configuración de una economía capaz de generar riqueza, empleo y bienestar para todos. A pesar de los errores cometidos por muchos países occidentales en la gestión de la economía desde la crisis financiera de 2008, ninguno ha avanzado con el ímpetu de España hacia la configuración de un modelo socioeconómico de corte argentino-bolivariano. Esta es en síntesis la calificación a priori del programa de Gobierno consensuado por los socios de la actual coalición gubernamental.

La caída del Silicon Valley Bank (SVB) y la intervención de la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) por considerarla un potencial detonante de riesgo sistémico constituye el primer y fallido test de la regulación puesta en vigor tras la última crisis financiera, Ley Dodd-Frank, cuyo objetivo era conjurar la posibilidad de que un gran banco fuese a la bancarrota, impedir dinámicas de contagio y evitar su rescate por el Gobierno. Por añadidura, lo acaecido al SVB y a otras entidades menores ha hecho resucitar el fantasma de una nueva crisis bancaria en un contexto definido por bajo un crecimiento en la economía global, una alta inflación y unos niveles de deuda muy abultados en un buen número de países desarrollados y emergentes. Desde esta perspectiva es interesante realizar una aproximación a lo ocurrido con el banco californiano y a sus hipotéticas consecuencias tanto en USA como en otras latitudes, en concreto, Europa.

Con Juan Velarde desaparece no un economista, sino un auténtico personaje, casi de novela, cuya personalidad y su obra desbordan los límites de la ciencia lúgubre. Ante todo, D. Juan era un humanista con una visión del orden social, como diría Jacques Rueff, que abarcaba todo y casi todo en un marco analítico coherente y consistente que forjó a lo largo de los años en un proceso de evolución ideológica y teórica de una honestidad y una humildad intelectual extraordinarias.

Las elecciones alemanas del próximo 26-S cierran la Era Merkel, el canciller que ha estado más tiempo al frente del Gobierno germano desde el final de la II Guerra Mundial. Las encuestas arrojan una corta distancia entre los dos grandes partidos, el SPD y la CDU-CSU, pero sean quien sea el ganador habrá de gobernar en coalición. El viejo esquema tripartidista, arbitrado por los liberales durante décadas, ha dado paso a un sistema pluri partidista que se ha afianzado. Es un tópico, pero también una realidad señalar que los comicios alemanes tienen una considerable trascendencia a escala europea y global. El proyecto europeo está deteriorado y el mundo está inmerso, quiérase o no, en una nueva Guerra Fría.

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