El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha asegurado en un webcast organizado por el Instituto Peterson que los encargados de formular políticas monetarias podrían tener que usar herramientas adicionales para sacar al país de la peor crisis desde la Gran Depresión, que solo en abril borró 20,5 millones de empleos y ha causado "un nivel de dolor difícil de capturar con palabras", indicó el funcionario.

La mayoría demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha presentado un nuevo paquete de estímulo, por valor adicional de 3 billones de dólares, con la intención de mitigar los efectos económicos de la pandemia del coronavirus.

Dave Calhoun, el consejero delegado del fabricante aeronáutico estadounidense Boeing, concedía una entrevista a la cadena NBC donde no descartó la quiebra de una gran aerolínea estadounidense a la vuelta del verano.

El runrún entre las mesas de inversión ha vuelto a desterrar la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos siga la estela de otros bancos centrales y acabe por llevar su tasa sobre los fondos federales a terreno negativo. Una probabilidad que el mercado llegó a situar en el 23% para finales de 2020 o comienzos de 2021 en los primeros compases de esta semana.

El Fondo Monetario Internacional se hace eco de los planes de reactivación económica de los distintos países europeos tras los confinamientos implantados para hacer frente a la pandemia del coronavirus. Medidas que causaron que el PIB de España se contrajera un 19,2% (una tasa anualizada y ajustada estacionalmente), el de Francia un 21,3% o el de Italia un 17,5% en el primer trimestre de 2020.

Desde el pasado 23 de marzo hasta el cierre de la semana pasada, el S&P 500 ha generado un rendimiento del 31%. Los inversores apoyan su entusiasmo en la estabilización de los contagios, la intervención de la Reserva Federal y los estímulos económicos como causas del optimismo, donde también se incluyen otros, como que la actividad en China hasta la semana del 24 de abril se habría recuperado en un 95% cuando se compara con los niveles de 2019.

Las tensiones entre Washington y Pekín continúan al alza. En el último pulso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a su homólogo chino, Xi Jinping, el Buró de Investigaciones Federales (FBI) y el Departamento de Seguridad Nacional se preparan para acusar a piratas informáticos afines al gobierno del país asiático de espiar e intentar robar información relacionada con las investigaciones para el desarrollo de tratamientos y vacunas para el COVID-19.