INTERNACIONAL

"En esta crisis, el gobierno no es la solución a nuestro problema; el gobierno es el problema" subrayó el republicano Ronald Reagan durante su toma de posesión a la presidencia de Estados Unidos en 1981. Una frase que se convirtió en el renovado dogma de su partido y que 27 años más tarde la crisis financiera hizo trizas.

La pandemia que ha infectado a 1,25 millones de estadounidenses y dejado al menos 75.670 muertes en el país ha impactado de lleno en el mercado laboral, como ya esperaban los economistas. El pasado mes de abril, Estados Unidos destruyó 20,5 millones de empleos y la tasa de desempleo se disparó hasta el 14,7%, niveles no vistos desde la Gran Depresión de los años 30.

Vicepresidente de Berkshire Hathaway y presidente ejecutivo de Berkshire Hathaway Energy

El consejero delegado de BlackRock, la gestora de activos más grande del mundo, ha mostrado cautela ante la euforia experimentada por Wall Street en las últimas semanas. De hecho, Larry Fink, atisba un futuro sombrío para la mayor economía del mundo a medida que los estados y empresas preparan la ardua tarea de reactivar sus operaciones.

A mediados de abril, el Fondo Monetario Internacional aseguraba que los países del G-20 habían activado ya alrededor de 8 billones de dólares en medidas fiscales para enfrentar la peor crisis económica desde la Gran Depresión. La pandemia del coronavirus ha paralizado la actividad mundial, destruido empleo a un ritmo voraz y todavía se continúa calculando cuál será la factura final a medida que se intenta recuperar una nueva normalidad.

La escalada de las tensiones diplomáticas entre las dos mayores economías del mundo ha virado de las tensiones comerciales, todavía presentes, al origen de la pandemia del coronavirus que ha infectado ya a 3,6 millones de personas en todo el mundo. Entre medias de ambos países se encuentra la Unión Europea.