Guerra comercial
La casualidad quiso que los líderes de las principales potencias del planeta se reunieran ayer por separado con promesas para profundizar sus relaciones bilaterales y reformar el orden mundial. Pero no ha sido el azar, sino el impacto disruptivo de Donald Trump, el que agitó el tablero internacional y colocó a la UE junto a la comunista China defendiendo el comercio libre en Pekín. Trump compareció junto al presidente ruso, Vladimir Putin en Helsinki, prometiendo un nuevo comienzo en la relación entre sus países que nadie sabe dónde puede llevar.