Economía

China, dispuesta a comprar más a la UE para sumar otro aliado contra EEUU

  • Ambos bloques están condenados a entenderse ante la guerra de aranceles
Donal Tusk, Li Keqiang y Jean-Claude Juncker. Imagen de EFE
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La casualidad quiso que los líderes de las principales potencias del planeta se reunieran ayer por separado con promesas para profundizar sus relaciones bilaterales y reformar el orden mundial. Pero no ha sido el azar, sino el impacto disruptivo de Donald Trump, el que agitó el tablero internacional y colocó a la UE junto a la comunista China defendiendo el comercio libre en Pekín. Trump compareció junto al presidente ruso, Vladimir Putin en Helsinki, prometiendo un nuevo comienzo en la relación entre sus países que nadie sabe dónde puede llevar.

Víctimas de la guerra comercial desatada por Trump, la UE y China prometieron tras su cita anual acelerar el reforzamiento de sus lazos económicos y luchar contra el proteccionismo. Europa comparte valores y prioridades con EEUU. Pero las constantes arremetidas de Trump, quien ya les describe como el principal "enemigo" por el déficit comercial, ha llevado a la UE a buscar la complicidad de la otra gran potencia para apuntalar el libre comercio.

El primer ministro chino, Li Keqiang, anunció en la rueda posterior al encuentro que su país abrirá sus mercados y reducirá las tarifas de bienes que necesitan sus ciudadanos y empresas.

Se comprometen a preparar unas directrices para los créditos públicos a las exportaciones

Ambos lados se comprometen a preparar unas directrices para los créditos públicos a las exportaciones, culpables del dumping del acero chino en Europa y otras regiones.

Li fue más allá para prometer que China "prohibirá cualquier transferencia de propiedad intelectual" y abordarán "con seriedad" cualquier violación en este sentido.

Pero el encuentro también trajo impulso para "acelerar" la discusión del acuerdo de inversión, visto como "prioritario" y mantener un entorno para los negocios "abierto, predecible, justo y transparente".

China y la UE negocian este acuerdo desde hace seis años con magros resultados. El objetivo para la UE es evitar que empresas europeas tengan que transferir obligatoriamente hasta un 20% de la propiedad o los permisos de uso de su tecnología cuando operan en China, como ahora. Además, Bruselas quiere terminar con algunas de las restricciones a las inversiones foráneas en sectores económicos.

Sin embrago, los europeos también se han cansado de las promesas incumplidas de transformación y apertura de los chinos. "Europa quiere hacer más e invertir más en China" pero un "entorno abierto a la inversión funciona mejor cuando va en los dos sentidos", advirtió el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Ambos lados también compartieron la urgencia de modernizar la Organización Mundial del Comercio. Esto se trata de una prioridad para EEUU que, respaldado por la UE, busca tapar los huecos que aprovecha China para aplicar algunas de sus prácticas desleales.

China no solo se mostró dispuesta a colaborar en la reforma de la OMC, sino que además rechazó plantear cualquier cambio sin tener en cuenta a EEUU. "Sería inviable" porque "se trata de un acuerdo multilateral", explicó Li a la prensa.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, comentó que es "el deber común de Europa y China, de América y Rusia, no destruir este orden de carácter [multilateral] sino mejorarlo". El polaco, que también participó en la cumbre bilateral, pidió "no empezar guerras comerciales, las cuales se han convertido en conflictos calientes a menudo en nuestra historia, sino reformar de manera valiente y responsable el orden internacional basado en las normas".

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