Efectos del órdago soberanista
14/10/2017, 09:00
Sat, 14 Oct 2017 09:00:24 +0200
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El abrazo de Europa y el reconocimiento internacional, o al menos un silencio lo suficientemente ambiguo para apuntarse el tanto, abrían la única ventana a la vista del Govern de Cataluña para dar oxígeno a su empresa independentista. Tras el salto al vacío dado por el president Carles Puigdemont el pasado martes, congelado en el momento de la caída intentando buscar asideros para no cometer un suicidio político, esa ventana se cerró definitivamente. A Europa se le ha acabado la paciencia, como dejó ayer claro el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.