Economía

La prórroga presupuestaria complica cumplir con el déficit

  • El desafío catalán impidió a España enviar unas nuevas Cuentas para 2018

La crisis catalana ha afectado a los compromisos de España con Europa, en concreto con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

El desafío secesionista ha coincidido con el envío a mediados de octubre de los Presupuestos para el próximo año, en los que el Gobierno debía indicar cómo cumpliría en 2018 con el objetivo del déficit del 2,2 por ciento del PIB marcado por la UE. Pero la cuarta economía del euro se vio obligada a enviar unas cuentas sin cambios, y Bruselas piensa que, de esta manera, no cumplirá con la meta. Por eso, envió ayer una carta al Gobierno urgiéndole a que remita cuanto antes un nuevo presupuesto con las medidas necesarias.

"Invitamos a las autoridades españolas a remitir, tan pronto como sea posible, un borrador de Presupuesto actualizado a la Comisión y el Eurogrupo que asegure el cumplimiento de los objetivos", indica la carta, firmada por el vicepresidente de la Comisión para el Euro, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici.

El texto indica que, con el borrador enviado, España no solo se quedará una décima por encima del objetivo nominal, sino que además no realizará el esfuerzo estructural requerido del 0,5 por ciento del PIB. España tuvo que enviar unas cuentas prorrogadas al no contar con los votos necesarios.

El PNV retiró su apoyo, dado el empeoramiento de la batalla política entre el Ejecutivo central y los nacionalistas catalanes. En las cuentas enviadas a Bruselas, el Gobierno también redujo el crecimiento tres décimas, hasta el 2,3 por ciento, por el impacto de Cataluña. Los tiempos han colocado a las autoridades comunitarias en una situación complicada.

Aunque todavía se desconoce cuál será el impacto definitivo de las turbulencias que emergen de Cataluña, nuestra economía es una de las que más crece y todavía tiene varias décimas de colchón por debajo del límite del 3 por ciento que es la barrera que marca el Pacto de Estabilidad. Moscovici ya expresó cierta indulgencia si llegara el caso de que nuestro país se desvíe algunas décimas del objetivo nominal del 2,2 por ciento, siempre y cuando mantenga el desequilibrio presupuestario por debajo del 3 por ciento.

Cierta flexibilidad

Una cierta manga ancha que cobra más sentido justo en este momento, cuando nuestro país atraviesa la crisis política e institucional más seria desde la restauración de la democracia, hace más de cuatro décadas.

Las primeras pistas sobre la magnitud del desvío llegarán el 9 de noviembre, cuando la Comisión presente sus previsiones económicas de otoño, y el 22 de noviembre cuando presente su valoración de los presupuestos nacionales. El procedimiento obliga al Ejecutivo comunitario a darle un toque de atención a nuestro país. España no ha sido el único socio que ha enviado cuentas prorrogadas. También lo hicieron Austria y Alemania, ambas por sus elecciones nacionales. Pero la economía española, junto con la francesa y la británica, son las únicas que continúan en el procedimiento de déficit excesivo.

Fuentes comunitarias han deslizado en los últimos días que no es el momento de apretar en plena crisis catalana, menos aún cuando el desvío no es preocupante y España es precisamente destacada "claramente" como un caso de éxito de la recuperación tras la crisis, según dijo el responsable del Mecanismo Europeo de Estabilidad, Klaus Regling.

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