Javier Nart
Contemplo con ya habitual tristeza y rechazo el bucle permanente de algunos sedicentes izquierdistas que superan sus frustraciones propias exportando sus ideales y mitos a lejanos lugares en los que fijan sus esperanzas. Que se produzcan en esos "paraísos" escandalosas violaciones de derechos humanos (¿libertad para qué?, como expuso Lenin al socialista Fernando de los Ríos) son "contradicciones secundarias".