Redactor de Bolsa & Inversión

Las políticas de recorte del gasto público y contra sus socios comerciales de la administración estadounidense de Donald Trump están provocando una rápida pérdida de confianza de los consumidores llevando esta semana al mercado de bonos a mínimos desde diciembre y anticipando un posible aterrizaje forzoso de la economía que podría llevar a la Reserva Federal (Fed) a actuar antes de tiempo y decretar un primer recorte de tipos de interés del ejercicio que, hasta ahora, el mercado sigue proyectando de cara al mes de junio aunque sumando un nuevo movimiento acomodaticio en la reunión de septiembre, lo que indica un cambio de postura de los inversores respecto de la fotografía que presenta economía norteamericana.

A pesar de que Europa presenta valoraciones atractivas, la falta de catalizadores sigue generando dudas sobre su potencial de crecimiento a lo largo de los próximos meses. Mientras tanto, en EEUU, la fortaleza económica contrasta con los riesgos inflacionistas derivados de la guerra comercial de la administración Trump contra, principalmente, China y Europa. ¿Dónde encontrar, entonces, alternativas de inversión? Christophe Girondel, miembro del comité ejecutivo y director global de distribución institucional y mayorista de Nordea Asset Management, entiende que hay que mirar más allá y analizar los catalizadores que sostienen al mercado.

La volatilidad, poco a poco, crece en el mercado en un momento de dudas sobre la evolución de los tipos de interés en Occidente a raíz de las presiones inflacionistas renovadas por la estrategia comercial de frentismo arancelario puesta en marcha por la administración estadounidense de Donald Trump. Ahora, más que nunca, conviene reflexionar sobre cómo tomar las decisiones financieras más acertadas para que, en el medio y largo plazo, la cartera de inversiones no se vea perjudicada. Christine Benz, directora de finanzas personales y planificación para la jubilación de Morningstar, hace un llamamiento a escapar del 'ruido' para ganar con el tiempo.

Nvidia, desde hace algo más de dos años uno de los principales vectores del mercado de valores en Estados Unidos, no se ha recuperado todavía de la fuerte liquidación que sufrió el título a finales de enero tras la irrupción de la inteligencia artificial generativa china de DeepSeek. La compañía que dirige el taiwanés Jen-Hsun Huang llegó a perder en una semana más de un 12% de capitalización y, a día de hoy, todavía se encuentra un 4% por debajo de los niveles previos a la irrupción de la tecnología nacida en el gigante asiático. Desde los máximos históricos del pasado 6 de enero sobre los 149 dólares, Nvidia retrocede más de doce puntos porcentuales.

La revisión de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), incluyendo la presentación de sus proyecciones macroeconómicas, será el faro para los inversores la próxima semana ya que, si mantuviese un posición de moderación como la actual -se espera un nuevo recorte de 25 puntos básicos hasta el 2,5%- y a pesar de los envites arancelarios de la administración estadounidense de Donald Trump, podría generar algo de inquietud sobre las perspectivas de crecimiento en la región y una posible caída en los mercados de renta variable y bonos.

Vender participaciones de las empresas del Ibex 35 con una elevada rentabilidad por dividendo puede ser un error que tienen que valorar los inversores antes de poner sus participaciones en el mercado. En un mundo de tensiones geopolíticas, tipos de interés diferenciados entre una y la otra orilla del océano Atlántico y una elevada volatilidad en los mercados financieros, la venta de activos puede ser una estrategia para obtener liquidez que, por las importantes cargas fiscales que se pudieran tener que asumir -si se han obtenido ganancias-, pudiera no ser la acertada.

Necesidad de atraer y crecer. Es la máxima que se persigue en el mercado de entrega de comida a domicilio que, tras crecer (y mucho) en los meses posteriores al cierre a cal y canto de la pandemia de la Covid-19, busca reinventarse para no desaparecer porque los negocios de Just Eat, Delivery Hero y DoorDash no están pasando por su mejor momento y como dice el refranero popular: a río revuelto, ganancia de pescadores. El arponero de esta guerra tiene nombre y es una neerlandesa de origen sudafricano: Prosus.

China, bajo presión. Las posiciones en corto sobre ciertos segmentos del mercado devuelven al gigante asiático a la conversación global después de varios años de reinado absoluto de Wall Street. Entre la tormenta arancelaria y la debilidad económica interna del país, Xi Jinping ha prometido ayudar a la empresa que sea, contra viento y marera, para recuperar el lustro perdido. El apoyo al tejido empresarial local es "inquebrantable", siempre y cuando "unifiquen" sus actividades con el ideario del partido comunista, dijo en un discurso reciente el mandatario chino.

La progresiva normalización de los precios de la energía tras la crisis de suministro a raíz del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022 provocó un ajuste a la baja del balance de Repsol -un valor presente en La Cartera Estratégica de elEconomista.es- del 45% en el beneficio neto a cierre de 2024 hasta los 1.756 millones de euros, pero ello no fue óbice para que los inversores, el pasado jueves, respaldasen de una forma significativa a la compañía que preside Antonio Brufau que anunció un programa de recompra y un dividendo complementario, por un mínimo de 700 millones de euros.

"Es la próxima gran prueba de fuego para los toros de la inteligencia artificial", así definieron los analistas de Bank of America la situación actual de Nvidia. La que hasta hace pocas semanas era la 'reina' de Wall Street y de los mercados globales espera sus resultados trimestrales, con estimaciones de un incremento del 141% en sus ganancias netas a cierre de 2024, superando los 73.122 millones de dólares, y un aumento del 112% en ingresos, hasta los 129.634 millones de dólares.