
La progresiva normalización de los precios de la energía tras la crisis de suministro a raíz del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022 provocó un ajuste a la baja del balance de Repsol -un valor presente en La Cartera Estratégica de elEconomista.es- del 45% en el beneficio neto a cierre de 2024 hasta los 1.756 millones de euros, pero ello no fue óbice para que los inversores, el pasado jueves, respaldasen de una forma significativa a la compañía que preside Antonio Brufau que anunció un programa de recompra y un dividendo complementario, por un mínimo de 700 millones de euros.
De momento, la solidez operativa del negocio que dirige Josu Jon Imaz apoya una mejoría superior al 5% en lo que va de año para las acciones del grupo, aunque desde que tocara hace unos días sus máximos de agosto de 2024 -cuando implementó un programa de recompra y un aumento del dividendo en efectivo en, aproximadamente, un 30%- el título ha caído algo más de un 4% a pesar de las hasta nueve mejoras de valoración que ha recibido la energética por parte de los analistas llevando el potencial alcista proyectado para los próximos doce meses más allá del 16,5%.
A día de hoy, de las 33 casas de análisis que cubren a Repsol, algo más de la mitad mantienen su consejo de 'comprar', mientras que cuatro de cada diez le cuelgan el cartel de 'mantener' y solo dos equipos de expertos optan por 'vender' participaciones de la compañía española. En cualquier caso, de las diez firmas de análisis que subieron el precio objetivo de Repsol entre el jueves y viernes de la semana pasada, destaca la mejoría de RBC Capital de 3 euros hasta los 16 euros por acción -lo que implica un potencial del 28%- y Morgan Stanley hasta los 13,4 euros, esto es un 7,2% más de los niveles actuales de cotización. Algo más modestas fueron las actualizaciones de UBS (13,5 euros) y Kepler Cheuvreux (14,5 euros).
Oddo, Goldman Sachs y Banco Santander coinciden en sus informes que la estrategia de rotación de activos y la reducción proyectada del capex para 2025 -de entre 3.500 y 4.000 millones de euros- han permitido a Repsol mejorar "sustancialmente" la generalización de caja y optimizar el balance. Algo que también apoyan desde Barclays y Banco de Sabadell.
Complementariamente, la estrategia a futuro de la petrolera con el potencial catalizador de su negocio de bajas divisiones podría añadir valor adicional al título y acelerar la transición hacia nuevas fuentes de energía más sostenibles, tal y como exponen los expertos.
De hecho, aunque actualmente la contribución de este segmento es modesta al balance del negocio, se espera que, mediante la rotación de activos y la posible venta de participaciones, esta unidad desbloquee valor adicional. Por cada 1.000 millones de euros de valoración extraordinaria, la acción podría sumar hasta 0,90 euros, acorde a los cálculos que hacen en el Banco Santander donde elevan el precio objetivo hasta los 17 euros desde los 16 anteriores.
El potencial de gas natural
Con todo y con ello, las oportunidades del mercado de gas natural, concretamente, en Estados Unidos y la generación de flujo de caja constante podrían también tener un efecto significativamente positivo sobre Repsol en un entorno de caída de precios de la energía en Europa.
En Estados Unidos, el mercado del gas natural ha experimentado en las últimas semanas una volatilidad creciente con repuntes de precios de más del 97% hasta los 7,78 dólares por millón de unidades métricas del precio spot Henry Hub. Un aumento que se atribuye, principalmente, a la llegada a mediados de febrero de una ola de frío que ha incrementado la demanda de calefacción en gran parte del país.
Al tiempo, los contratos de futuros para marzo de 2025 han subido también sobre los 72 centavos, alcanzando los 4,28 dólares por millón de unidades térmicas y la media de los contratos a 12 meses hasta febrero de 2026 han hecho lo propio en el entorno de los 48 centavos, al situarse en los 4,557 dólares por millón de unidades térmicas.
A esto, se suman las proyecciones que recientemente actualizó la Administración de Información Energética de EEUU que anticipa un repunte mayor aún de las facturas del gas natural en los próximos años en base a la mayor demanda y el incremento en las exportaciones de gas natural licuado. El ticket medio para 2025 lo coloca en los 3,8 dólares y para 2026 en los 4,2 dólares por millón de unidades térmicas. Esta situación, tal y como recogen los distintos equipos de análisis que cubren a Repsol, podrían provocar una mejoría en el negocio de Repsol a medio plazo.
"El escenario a largo plazo, muy favorable para esta materia prima por el crecimiento de la demanda de electricidad, centros de datos... debería respaldar el evento de liquidez que Repsol acordó con su socio minoritario en Repsol Upstream en el horizonte 2026/2027", exponen desde Santander.