Que los españoles trabajen menos horas por el mismo sueldo es una realidad que se materializará a partir de este mismo año, cuando el Gobierno se ha comprometido a reducir la jornada máxima de 40 a 38,5 horas semanales este mismo año, para llegar a las 37,5 en el próximo. Pero aterrizar esta promesa política a la realidad concreta de cada trabajador es mucho más complejo de lo que parece. De hecho, muchos asalariados ni siquiera notarán un cambio en su jornada diaria de trabajo.