El escándalo de la fan que denunció a su artista favorito solo acaba de empezar. Fue el pasado fin de semana cuando Ivet Playà compartió un vídeo a través de redes sociales desvelando que había mantenido una relación laboral y sexual con Alejandro Sanz que se había tornado en pesadilla. Lo acusaba de ejercer control sobre ella y exceder los límites "morales y humanos" aceptables entre dos personas, entre otras muchas cosas. Él respondió con un escueto comunicado en el que no negaba la relación ("creía que éramos dos adultos libres") pero sí añadía un detalle: que las declaraciones de Ivet podrían deberse a su negativa a invertir en unos negocios familiares.