Cinco días lleva el padre de Felipe VI en España. Aterrizó el pasado lunes en el aeropuerto de Vigo y su gran amigo Pedro Campos lo esperaba a pie de pista. Se dirigieron directamente a su domicilio y no han salido de él hasta este mismo viernes, cuando don Juan Carlos ha disfrutado de un paseo por la Ría de Pontevedra acompañado por su hermana, la infanta Margarita, su cuñado Carlos Zurita, sus sobrinos, Alfonso y María, y el pequeño Carlitos, el ojito derecho del emérito. Pero entre barcos, mariscos y buena compañía se coló un susto que casi le cuesta las vacaciones al emérito.
Según El Nacional Cat., don Juan Carlos sufrió una caída en plena noche en uno de los pasillos de la casa de Pedro Campos, donde se aloja en cada una de sus visitas a Sanxenxo. El emérito quedó tirado en el suelo sin poder incorporarse y quejándose de un fuerte dolor en la cadera, su particular talón de Aquiles. El susto fue grande y se activó el protocolo de comunicación con Casa Real para informar a Felipe VI de lo sucedido. Finalmente, todo quedó en un incidente que no requirió hospitalización aunque sí una revisión médica para comprobar que no había mayores consecuencias tras la caída.
Hay que recordar que, a sus 87 años, el emérito acusa problemas de movilidad, devenidos de sus múltiples lesiones en piernas y caderas por accidentes sufridos en la realización de actividades como la caza o el esquí. Hace tiempo que utiliza un bastón e incluso hemos podido verlo en varias ocasiones en silla de ruedas. Por ejemplo, en el funeral de su cuñado, Constantino de Grecia. El mismo Bribón se adaptó hace unos años para facilitarle el acceso y la actividad.
Se preveía la participación del emérito en la competición de regatas que comienza este mismo viernes y se extiende hasta el domingo pero, dadas las circunstancias, es posible que los médicos hayan recomendado reposo y cero esfuerzos. De hecho, como decíamos, este viernes es el primer día que hemos visto a don Juan Carlos desde que llegó a Sanxenxo y no precisamente para entrenar con su equipo sino para disfrutar de un tranquilo paseo con sus familiares, que se han trasladado a Galicia para arroparlo en esta última visita.
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