La cantante Jennifer López tiene un cuerpo de diez a sus 53 años que es producto del duro entrenamiento diario que realiza para mantenerse en forma. Pero la también actriz no lo hace solo para lucir cuerpazo en las alfombras rojas y los anuncios de ropa interior. Su entrenamiento, para el que incluso se levanta antes de la cinco de la mañana, está orientado a mantener impoluta su salud mental. Cuando saltó al estrellato, la esposa de Ben Affleck llegó a sufrir un ataque de pánico por agotamiento, tras una larga temporada sin apenas dormir y hacer ejercicio. Después de esta experiencia, decidió desafiarse a sí misma deportivamente y priorizar el entrenamiento en su día a día: "Creo que existe una correlación positiva entre el ejercicio y la salud mental", ha confesado.