Director de Inversiones de Miraltabank
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En las últimas semanas hemos asistido a un cambio de paradigma global que está redefiniendo los mercados financieros tal y como los conocíamos. Nos encontramos ante el agotamiento del modelo económico surgido tras la Segunda Guerra Mundial y lo que podríamos denominar una guerra fría económica con múltiples frentes.

Durante el mes de agosto y acentuado por la falta de liquidez, hemos sido testigos de un repunte en los largos plazos a nivel global, provocado principalmente por un posible fin del NIRP en Japón y sobre todo por las dudas acerca de la sostenibilidad del déficit estadounidense ($2.2trn anuales aproximadamente, teniendo en cuenta intereses), y donde los tipos de interés reales (una vez descontada la inflación) se han situado cerca del 2%.

La narrativa actual del mercado apunta a una inflación transitoria y controlable en la que los activos de riesgo seguirán soportados por un crecimiento menguante, pero aún elevado, y unos estímulos monetarios y fiscales menores, pero lo suficientemente expansivos para que las compañías anclen las valoraciones.

Creo que, a estas alturas del año, existe suficiente consenso sobre que la pandemia ha acelerado cambios que ya estaban en proceso, como la transformación digital, pero también está actuando como un elemento disruptor en otros tantos ámbitos. Para nosotros, es especialmente notoria la clara marcha atrás en los modelos económicos occidentales. Pensamos que de ahora en adelante cada vez será más relevante la participación de los gobiernos occidentales en el sector privado, y este movimiento provocará que Europa y EEUU confluyan hacia el modelo chino de participación estatal en las diferentes industrias, frente a las diversas interpretaciones de modelos económicos socio-liberales que hemos visto en las últimas décadas en ambas regiones.

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