Desde el inicio de la pandemia, todos los que tenemos vinculación con el sector de la restauración, hemos vivido esta situación con mucho estrés e incertidumbre. El sector se ha visto prácticamente maniatado, ya que ha sufrido fuertes restricciones horarias y de aforo, e incluso en varios lugares y periodos, debido a la incidencia de la pandemia, ni siquiera ha tenido la opción de abrir. Ante esta situación muchos negocios hemos potenciado el delivery o el e-commerce para poder llegar a nuestros consumidores, pero la realidad es que, en la mayoría de los casos, el sector aporta mucho valor con el servicio en las barras y las mesas, y este sigue siendo su principal fuente de ingresos. Añadamos además a los cierres y restricciones, algo tan lógico como el miedo al contagio, y por tanto a la socialización y la consecuente adopción de nuevos hábitos que al sector le son claramente desfavorables.