Presidente de Cepyme

Estos momentos están siendo especialmente singulares. Desde hace cinco años, la sociedad y, por supuesto, también la empresa ha vivido situaciones enormemente relevantes, como la pandemia, la crisis inflacionaria, los efectos del conflicto bélico en Ucrania o, más recientemente, la amenaza de guerra comercial derivada de los aranceles de EEUU, el desastre de la DANA y el apagón que afectó a nuestro país hace tan solo unos días. Situaciones que dibujan un escenario de enorme incertidumbre y que las empresas, especialmente las pymes, han ido afrontando de forma unida, mostrando una admirable capacidad de resistencia y de compromiso con la creación de empleo, a pesar del estrechamiento de sus márgenes.

La unidad empresarial ha sido, es y será uno de mis valores al frente de las organizaciones empresariales. Y será una línea roja de mi presidencia a partir del próximo 20 de mayo cuando se celebren las elecciones en CEPYME. La unidad, la integración, serán mis prioridades internas cuando se acabe el proceso electoral: la externa será, sobra decirlo, defender y dar voz, como hasta ahora, a las pymes españolas.

Una vez más hemos asistido a un nuevo engaño por parte del Gobierno en el diálogo social. La negociación de la subida del SMI para este ejercicio se ha convertido en un acto más del teatro en el que la vicepresidenta segunda está convirtiéndolo. Y no puedo más que lamentarlo.

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