Catedrático de Finanzas de Deusto Business School

Sin preterir los terribles efectos que la pandemia del coronavirus está teniendo en el ámbito sanitario: enfermedad, fallecimientos, sacrificios personales, saturación; y en el ámbito social: aislamiento, soledad, inseguridad, angustia; no podemos olvidar que las economías de muchos países, y la española en particular, van a sufrir mucho a causa de la pandemia. Eso, a corto y medio plazo, también son inseguridades, angustias y sacrificios para muchísimas personas, e incluso, en ocasiones, pérdidas de vidas. La inclinación de muchas personas a solo fijarse en la salud y no en las consecuencias económicas de esta pandemia, indica una peligrosa miopía, pues olvidan, al menos, dos cosas: las personas sanas necesitan recursos económicos para tener una vida digna y las personas enfermas necesitan una sanidad que se nutre de recursos económicos.

Tribuna

Los altos directivos de las grandes empresas, muchos miembros de sus consejos de administración, algunos de sus asesores…, cobran, a menudo, importantes cantidades de dinero por prestar sus servicios, y esto está siendo objeto de escrutinio por parte de inversores (sobre todo institucionales), reguladores, académicos y sociedad en general. Lo primero que sorprende es por qué cobran tanto, mucho más que un presidente del Gobierno o que un gran científico; quedando solo ensombrecidos por las grandes estrellas del deporte.

Tribuna

Llevamos años de alta agitación política, pero los últimos meses han sido especialmente complicados; los partidos políticos han multiplicado sus ofertas a la ciudadanía y, en muchos casos, esas ofertas conllevan aumentos del déficit presupuestario. Para un país, como para una familia, gastar más de lo que se ingresa es un problema, van a aumentar sus deudas. Pero ese problema es mayor cuando además ya se debe mucho.

Fernando Gómez-Bezares

Tanto la opinión informada, como los datos empíricos, corroboran una impresión intuitiva: las gestoras de activos dependientes de la banca tienen una tendencia a comprar valores bancarios. También sabemos que hay otra tendencia bastante generalizada: las gestoras españolas tienden a comprar valores españoles, y esto sucede en otros países. Trataré de apuntar algunas razones que justifican estos hechos.

Fernando Gómez-Bezares

Llevamos ya bastante tiempo hablando de las dificultades para financiar el sistema de pensiones y escuchando recetas que parecen incuestionables: hay que retrasar la edad de jubilación; hay que congelar, o casi, las pensiones, sobre todo las más altas; es imprescindible completar las pensiones públicas con planes privados… Pero algunos, yo al menos, somos críticos con estos planteamientos, por razones éticas y, en algunos casos, también por razones económicas.

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