Corresponsal en Londres
Brexit

El Brexit no abandona la primera línea de la política británica ni en la jornada inaugural de la campaña de las generales del próximo 8 de junio. Mientras el laborismo prometía convertir la votación en una batalla de la gente contra el sistema, Theresa May abordaba con el presidente del Parlamento Europeo una cuestión delicada del divorcio: el futuro de los ciudadanos comunitarios afincados en Reino Unido.

Negociación

El cambio de retórica de Theresa May desde el arranque oficial del Brexit ha eliminado la amenaza de que "ningún acuerdo es mejor que uno malo", pero ante el contingente de euroescépticos ansiosos por una salida limpia, sin vínculo alguno con la organización a la que Reino Unido ha pertenecido durante 44 años, el riesgo de un divorcio sin concierto permanece.

UNIÓN EUROPEA

El Gobierno británico ha querido transmitir una imagen de anticipación tras el arranque de la salida de la Unión Europea, con la presentación del borrador de la ley que abolirá la primacía de la legislación comunitaria en Reino Unido. En un intento de mostrar normalidad democrática, el ministro del Brexit compareció en el Parlamento para dar cuenta del inmenso proyecto normativo conocido de momento como la Ley de la Gran Derogación, que adaptará decenas de miles de normas europeas al marco doméstico. La UE no negociará sobre Gibraltar antes del Brexit y España podrá vetar cualquier acuerdo posterior

Plazo de dos años

Reino Unido efectúa este miércoles el último trámite para iniciar su divorcio definitivo de la Unión Europea: la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa. El Gobierno de Theresa May cumple así con el calendario que se fijó ésta hace unos meses, después de que los británicos decidieran en junio en referéndum que querían abandonar el bloque.

Primer divorcio integral europeo

Reino Unido tira esta jornada de tradición para iniciar oficialmente la travesía de salida de la Unión Europea. La carta con la que Theresa May pondrá fin a una afiliación de 44 años ha sido entregada en mano al presidente del Consejo Europeo por el representante permanente que Londres tiene en Bruselas, Tim Barrow, un veterano funcionario cuyo cometido activará la cuenta atrás de dos años que acabará con el primer divorcio integral en la historia del proyecto comunitario. | Opinión: Un país que ni quiso ni supo adaptarse al sueño europeo.

visita de la premier

Theresa May ha puesto a prueba su estrategia de aunar consensos antes de activar mañana el Brexit con una visita a Escocia, territorio hostil hacia la salida de la Unión Europea y azote de la unión británica desde que hace dos semanas confirmase su determinación de convocar un segundo referéndum de independencia. En una muestra de normalidad democrática tras el atentado del miércoles en Londres, la primera ministra respetó hasta el último minuto la agenda previamente diseñada para preparar al país para el inminente divorcio.

Khalid Masood, el autor de los ataques

Reino Unido intenta diagnosticar qué falló en el dispositivo de seguridad para que un lobo solitario pusiese en jaque a la más antigua democracia del planeta, en pleno corazón de Londres, con un ataque que ha sido reivindicado por el Estado Islámico. El autor del atentado de este miércoles, que dejó cinco víctimas, una de ellas el propio terrorista y el policía al que acuchilló, era conocido por los servicios de Inteligencia por sus vínculos con organizaciones extremistas, pero llevaba años fuera de su radar.

¿Un nuevo divorcio?

Escocia ha irrumpido en el debate del Brexit con un complicado dilema para Theresa May. La demanda de una segunda consulta de independencia antes de que Reino Unido haya completado la travesía de salida de la UE supone una trampa para la primera ministra británica, que si se niega alimentaría la teoría de que Londres ignora la soberanía de los escoceses y, por ende, podría acabar incentivando los sentimientos secesionistas. Si acepta, por el contrario, arriesgaría una unión de más de 300 años y, por si fuera poco, obligaría a desviar la atención del divorcio de Bruselas, un trance sin precedentes al que se enfrenta con los días contados. El Brexit ya tiene fecha: Theresa May activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa el 29 de marzo.