
El Gobierno británico ha querido transmitir una imagen de anticipación tras el arranque de la salida de la Unión Europea, con la presentación del borrador de la ley que abolirá la primacía de la legislación comunitaria en Reino Unido. En un intento de mostrar normalidad democrática, el ministro del Brexit compareció en el Parlamento para dar cuenta del inmenso proyecto normativo conocido de momento como la Ley de la Gran Derogación, que adaptará decenas de miles de normas europeas al marco doméstico. La UE no negociará sobre Gibraltar antes del Brexit y España podrá vetar cualquier acuerdo posterior
El gesto es significativo, puesto que evidencia en la práctica la activación de un proceso marcado fundamentalmente hasta ahora por el simbolismo. Aunque la presentación oficial del texto no tendrá lugar hasta el denominado Discurso de la Reina, la cita en la que el Gobierno anticipa las previsiones legislativas del año entrante, había especial interés por avanzarlo para mantener el ritmo del Brexit, sobre todo, porque la UE va a hacer esperar a Londres y hasta el 29 de abril no se reunirá para coordinar una primera respuesta al inicio del divorcio.
En sí, la ley significa formalizar el estatus de Reino Unido como una "nación soberana independiente" y poner fin a la preeminencia del Tribunal Europeo de Justicia. Su articulación, no obstante, será más compleja y diferentes organismos, entre los que figura la propia Cámara de los Lores, han advertido de la ingente presión que tramitarlo implicará para el Parlamento, que se podría ver acaparado hasta el punto de encontrar dificultades para desarrollar su rutina habitual.
Además, en la segunda jornada de la era Brexit, el Gobierno ha tenido que negar que hubiese chantajeado a sus todavía socios, después de que la vinculación establecida por la primera ministra Theresa May entre cooperación en materia de seguridad y el nuevo encaje británico en Europa molestase al sur del Canal.