Presidente de Enagás

En un balance de estos diez años de reinado de Su Majestad el Rey Don Felipe VI, es significativo recordar cuál fue su primer gran acto internacional como Jefe de Estado de España. Fue en Nueva York, en la sede de las Naciones Unidas, donde en 2014 intervino en la Cumbre del Clima, toda una señal de la sensibilidad de Su Majestad con la lucha contra el cambio climático, plasmada en sus palabras de entonces: “No podemos permitirnos el fracaso. Hay demasiado en juego. Aseguremos que las siguientes generaciones puedan contemplar desde el espacio la visión que inspiró a mi generación: la de un planeta pequeño y frágil; perdido en la inmensidad del cosmos, pero todavía capaz de albergar el milagro de la vida”.

2021 ha sido un año de transición, en el que hemos puesto las bases para la reconstrucción que queremos y que implica un nuevo modelo económico y social. Tenemos claro que ese nuevo modelo tiene que ser descarbonizado. Esa es la visión de Europa y su Green Deal, y también de España, como uno de los países más comprometidos con esa transformación 2022 tiene que ser el año de pasar a la acción. Con un doble propósito: contribuir a alcanzar los objetivos europeos de descarbonización y, a la vez, generar nuevas oportunidades de negocio y de crecimiento económico, impulsar a la industria y a medianas y pequeñas empresas, crear empleo, revitalizar los territorios y, en definitiva, contribuir a la recuperación del país y a reinventar nuestra economía y nuestra sociedad.

La descarbonización es uno de los mayores retos globales del siglo XXI y el principal que afronta el sector energético, algo que a estas alturas está claro y fuera de toda duda. Un desafío con cada vez menos de futuro y más de presente, especialmente ahora que el Covid-19 y los planes de reconstrucción económica y social europeo y español han acelerado esta transformación a un ritmo nunca visto. Que el objetivo final de alcanzar la neutralidad en carbono en 2050 o antes no nos despiste: para llegar con éxito a esa meta es crucial lo que hagamos hoy. Estamos ante un reto urgente e inaplazable, que exige que descarbonicemos ya cuanto sea posible y aprovechando todas las tecnologías a nuestro alcance. Todo el CO2 que dejemos de emitir hoy contribuye a reducir las emisiones netas totales, pues esto no es una cuestión de flujo sino de stock.

Atravesamos tiempos difíciles. El viernes, la Organización Mundial de la Salud declaró que Europa ha pasado a ser el epicentro de la pandemia del coronavirus. El sábado, en España, el Gobierno decretaba el estado de alarma en todo el territorio nacional, una medida contundente y en línea con otros países europeos.

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