Los partidos de izquierda que han gobernado en los últimos ocho años en la Comunidad Valenciana han visto como las grandes cifras que respaldaban su gestión económica, fundamentalmente la creación de empleo, no han sido suficientes para revalidar su mayoría. Ni siquiera la inversión multimillonaria de la gigafactoría de Volkswagen en Sagunto ni asegurar la continuidad de Ford en Almussafes han tenido el tirón electoral que presumían.

Jeff, la startup que nació a partir de la aplicación de servicio a domicilio para lavanderías y tintorerías y se postulaba como uno de los candidatos a convertirse en un unicornio español (las empresas que superan los 1.000 millones de dólares de valoración) se ha declarado insolvente tras varios meses sin hacer frente al pago de parte de los sueldos a sus trabajadores.

El Partido Popular se ha impuesto en las elecciones autonómicas valencianas y Carlos Mazón será el próximo presidente de la Generalitat Valenciana, aunque para ello necesitará el apoyo de Vox, otro de los grandes triunfadores. Los populares han sido el partido más votado y según los datos provisionales más que duplica el número de diputados autonómicos, con 40 escaños frente a los apenas 19 de la anterior legislatura.

El Partido Popular recuperará el Gobierno de tres de las cuatro grandes ciudades de la Comunidad Valenciana, entre ellas la de la tercera ciudad de España, Valencia, tras ocho años de gobierno de Joan Ribó al frente de una coalición de izquierdas. María José Catalá podrá reemplazar al líder de Compromís gracias al apoyo de Vox. Algo que también ocurre en Castellón y Elche. El PP también mantiene la mayoría en Alicante de Luis Barcala.

La baza fiscal es el principal argumento con el que el Partido Popular quiere recuperar el poder en la Comunidad Valenciana después de ocho años de Gobierno de la coalición de izquierdas que encabeza el socialista Ximo Puig. El candidato popular, Carlos Mazón, ha lanzado toda una batería de bajadas de impuestos frente a lo que califica del "infierno fiscal" del Botànic. Una ofensiva que ha obligado al líder socialista a introducir también medidas para aliviar la carga fiscal en su propio programa electoral.

El apretado pulso electoral por Valencia tiene tres protagonistas. El actual alcalde de Compromís, Joan Ribó, compite con su vicealcaldesa, la socialista Sandra Gómez, y con María José Catalá, que aspira a reconquistar la tercera ciudad de España para el PP.

Unos días después de finalizar un rescate a Feria Valencia que ha supuesto más de 1.000 millones de euros y convertirla en empresa pública, el Pleno del Consell ha aprobado destinar dinero público a otra entidad ferial, la de Barcelona, para organizar un congreso internacional precisamente en esa ciudad.

Después de dos legislaturas del Gobierno valenciano de coalición de izquierdas del bautizado como pacto del Botànic llega la hora de hacer balance económico ante las próximas elecciones y tras los efectos de la crisis provocada por la pandemia y los efectos de la guerra de Ucrania.

El grupo de alimentación Importaco, especializado en frutos secos y agua mineral y proveedor de Mercadona, tiene previsto poner en marcha inversiones por 60 millones de euros para crecer en el segmento de los frutos secos, a pesar de que la inflación ha reducido el volumen de ventas de estos productos en Europa en 2022.

El Gobierno valenciano aprobó hace unos días la utilización de una nueva herramienta tecnológica para la gestión de todo su sistema económico y financiero, además de para elaborar las cuentas autonómicas del próximo año. Un sistema bautizado como Nefis (por sus siglas en inglés New Economical Financial Information System) que se introducirá casi sobre la bocina antes de que concluya la actual legislatura.