Los partidos de izquierda que han gobernado en los últimos ocho años en la Comunidad Valenciana han visto como las grandes cifras que respaldaban su gestión económica, fundamentalmente la creación de empleo, no han sido suficientes para revalidar su mayoría. Ni siquiera la inversión multimillonaria de la gigafactoría de Volkswagen en Sagunto ni asegurar la continuidad de Ford en Almussafes han tenido el tirón electoral que presumían.