Tengo que advertir antes de nada que no soy ningún fan del cine de Almodóvar, aun así cuando veo una de sus películas voy sin ningún tipo de prejuicio. Por lo tanto, reconozco que hay films que me han gustado mucho, otros menos y algunos nada. En el caso de La habitación de al lado, la última del cineasta manchego, tengo sensaciones encontradas: hay partes que me apasionan y otras que me echan para atrás, por ejemplo ese discurso político que ha tomado en los últimos tiempos y que incluye cada vez que puede, no sólo en su cine, sino en su vida pública. Algo que me produce cansancio, no lo voy a negar, por lo que desconecto cuando me incluye diálogos donde aprovecha para colocarme su ideología. No obstante, no me parece mal ya que como responsable máximo de sus películas puede hacer lo que quiera.

Quiero empezar estas líneas felicitando a Arantxa Echevarría, directora de La infiltrada, por su valentía a la hora de afrontar una historia como la que cuenta en la película. Haciéndolo además con toda honestidad y verdad en unos tiempos, como son los de ahora, en los que da la sensación de haber un blanqueo de la banda terrorista ETA y de todos los actos terribles que cometió. Hay unos productores, guionistas y la propia directora que enfocan su mirada en esta historia basada en hechos reales. Una joven policía es reclutada por los mandos antiterroristas para infiltrarla en ETA sin apenas protección e informar en el día a día de los actos de los terroristas intentando impedir algunas de sus barbaries a costa de su propia vida, ya que tendrá que abandonar a su familia y a sus amigos.

Joker: Folie à Deux es el estreno cinematográfico más comercial de la semana, pero Andrés Arconada explica los motivos por los que no puede recomendar esta película. Así lo explica en su columna semanal, donde sí destaca Crossing como una buena opción para ir al cine.

Antes de nada, quiero decir que me gustan mucho las películas llamadas independientes, que otros califican de pequeñas, pero que son esas que no gozan de una gran promoción y que a veces se estrenan en pocos cines. Lo bueno es que se suelen emitir en plataformas poco después de su paso por las salas, logrando una buena visibilidad. Este es el caso de Crossing, de nacionalidad georgiana, dirigida por el cineasta de origen sueco Levan Akin, director que ganó el premio Teddy en la última edición de la Berlinale.

Hoy os recomiendo dos películas con varios puntos en común: las dos se han presentado en San Sebastián con buenas críticas, están dirigidas por dos prestigiosas directoras y tienen como protagonistas a mujeres cuyos casos fueron mediáticos. Mujeres interpretadas por grandes actrices que podrían llevarse el Donosti y seguro estarán nominadas en la próxima temporada de premios.

Os dije al principio de mis colaboraciones semanales en estas páginas que no siempre os hablaría de recomendaciones y éste es el momento de comentaros un auténtico bodrio que devuelve al cine un mito erótico de los 70, Emmanuelle. La original de 1974 era ya una mala película, aunque revolucionó a los espectadores de la época por su alto contenido erótico, que rozaba el porno, causando no sólo sensación sino provocando auténticos escándalos allá donde se estrenaba. En España tuvimos que esperar un poco más por aquello de la censura de la época.

Esta vez os propongo una recomendación muy particular, Marcello Mio. Sé de antemano que no es una película a priori muy popular y no estoy muy seguro de que lleve a mucha gente al cine. Además, a mis compañeros de la crítica no les ha entusiasmado especialmente. ¿Por qué entonces Marcello Mio?, os preguntaréis. Porque es un homenaje de una hija a su progenitor, uno de los grandes del cine europeo de todos los tiempos, Marcello Mastroianni, y porque ha contado con la complicidad de su madre, la que fuera pareja del actor y otra grande del cine: Catherine Deneuve.

Sí, de nuevo vuelvo a recomendar una película española. Vista la cartelera, en la que observamos hasta cinco títulos con participación francesa de los que sólo se salvan dos, además de una película norteamericana de la cual no merece la pena ni recordar su nombre de lo infumable que es, he decidido recomendar Justicia Artificial. Una película que está de plena actualidad ante las distintas aplicaciones que pueden traer consigo la llamada Inteligencia Artificial (IA). Yo, que soy un asustadizo por naturaleza, me da un miedo enorme pensar hasta dónde puede llegar este invento que, a pesar de lo que digan, no sólo no va a cambiar nuestras vidas para bien sino, a mi parecer, todo lo contrario. Y de eso va Justicia Artificial.

Hoy comienzo una colaboración semanal en elEconomista, algo que me hace ilusión y me gusta. Ésta sólo pretende recomendaros, o no, una película que se estrene cada semana.