Nunca imaginé que la reunión de cardenales para elegir a un nuevo Papa podría resultar un perfecto nido de avispas a la espera de ver quién pica antes y con más dolor. Intrigas, apariencias, mentiras y un largo etcétera que intentaremos descifrar en Cónclave, la película que os quiero recomendar esta semana.

Quiero comenzar con una declaración de intenciones: me gusta mucho Cuando cae el otoño, el último trabajo del prolífico director francés Fraçois Ozon. El cineasta se empeña en rodar una película por año y, la verdad sea dicha, no siempre le sale bien. Por ejemplo, la del año pasado, Mi Crimen, era un juguete cómico bastante fallido. Sin embargo, esta vez encuentra el tono exacto para brindarnos una pequeña joya pese a que, con la premisa, podríamos pensar que la historia no daría mucho de sí. Basta con contemplar los primeros minutos para darnos cuenta de que sus imágenes nos atrapan y no nos sueltan hasta el final.

Hay películas que a priori resultan totalmente imposibles. Sólo el talento del director francés Jacques Audiard puede conseguir que su última producción, Emilia Pérez, se convierta en una cinta de la que es difícil apartar los ojos de la pantalla. Fijaos en el argumento: un peligroso narcotraficante que actúa en la ciudad de México se pone en contacto con la brillante ayudante de un abogado famoso, que gana los casos sin figurar en ningún momento, para que le ayude en la transición para convertirse en mujer. A ello sumamos a la pareja del narco, que es de armas tomar. A todo esto, nos damos cuenta desde el principio de que la película es un musical, totalmente atípico, pero extraordinario.

Parece que esta semana los distribuidores dejan espacio a que Gladiator II y Wicked continúen triunfando en la taquilla arrasando con cifras millonarias. De esta forma, la cartelera se llena de estrenos llamados pequeños. No significan que sean malas películas, sino que no vienen acompañadas de una gran campaña publicitaria. Excluimos, claro está, a Vaiana 2, lo último de Disney para estas Navidades, que a mí, personalmente, me interesa entre poco y nada las aventuras de esta joven hawaiana, sus congéneres y dioses.

Me han pedido mis compañeros que han realizado este reportaje, Una noche en la ópera, que me acerque a la figura del gran genio y compositor Giacomo Puccini. Por supuesto no lo voy a hacer bajo un prisma operístico y como experto en música clásica, que no lo soy. Tampoco os voy a hablar de las distintas adaptaciones audiovisuales que han tenido sus óperas más conocidas, que podéis encontrar en el mercado con grandes interpretaciones y directores de escena que le dieron su particular visión a las mismas. Algunas de ellas de muy alto nivel. Como ya habréis adivinado, será bajo la mirada que ha tenido este artista en el cine.

Antes de nada, tengo que dejar claro que no me gustan las películas de terror al uso. Es decir, aquellas en las que vale todo, incluida la sangre a borbotones, distintas formas de desmembramientos, música a todo volumen para sufrir el susto que a buen seguro si la viésemos sin sonido no nos produciría el mismo efecto. En fin, dicho esto, sí me gustan las películas imprevisibles con grandes dosis de suspense y que me conducen o me llevan a la angustia y al susto por su temática y su forma.

Era inevitable que esta semana os hablase del esperado estreno de Gladiator II, que tanta expectativa levanta y que supone la continuación del celebrado film del año 2000. Ridley Scott vuelve a dirigirlo tras haber estado trabajando durante años en distintos guiones sin que ninguno le convenciera. Hasta que imaginó la historia de Lucio, protagonista de esta versión, que conecta a la perfección con la historia de Máximo, que encarnara Russell Crowe, al que se rinde homenaje.

Hay películas luminosas y Verano en diciembre lo es. La propia historia de cómo ha sido la realización de esta película lo explica. Todo comienza cuando una joven autora, actriz y directora, Carolina África, decide poner en pie una función teatral basada en las vivencias de su propia familia compuesta en su mayoría por mujeres: abuela, madre, cuatro hijas y una nieta. La función se estrena en salas alternativas pero el milagro se produce y se convierte en un éxito rotundo estando más de diez años en cartel.

Soy consciente de que os voy a recomendar una película que no gustará a todos, ya que es complicada en su desarrollo y planteamientos. No obstante, Salve María me parece una obra interesante, distinta, polémica y reflexiva por el tema que nos cuenta. Es cierto que su directora, Mar Coll, siempre me ha parecido una cineasta interesante y diferente que sabe contar sus historias desde un punto de vista del que pocos se atreven. O lo que es peor, no saben hacerlo. Su obra la componen títulos como Tres días con la familia o Todos queremos lo mejor para ella.

Hay películas pequeñas llamadas así por tener un presupuesto bajo, una distribución limitada y, sobre todo, una historia muy adulta que no suele llegar al gran público. Casi siempre pasan desapercibidas, aunque a veces tengan una segunda oportunidad en las plataformas teniendo una mayor visibilidad. Quiero recomendaros que vayáis al cine a ver La gran escapada porque tiene muchos alicientes, no sólo por ser una historia real, sino que además nos habla de amor, de recuerdos que no pueden caer en el olvido, de generosidad y de la grandeza que tienen algunos seres humanos cuando llega la edad del retiro. Un momento en el que se espera la muerte como un hecho natural y consecuente pero no en soledad, sino al lado del ser al que has amado durante toda una vida.